La borrasca Celia causó la fuerte entrada de calima que tuvo lugar en España desde el día 16 al 18 de marzo. Esta calima tenía su origen en el desierto del Sáhara. Aunque en las zonas urbanas la calima se ve como una molestia no hay que olvidar que tiene una función importante en los ecosistemas ya que también actúa como fertilizante, siendo el Amazonas un caso claro de zona beneficiada por el componente fertilizante de la calima, ya que percibe millones de toneladas de polvo del Sáhara todos los años.
En España se estima que la deposición de calima por metro cuadrado ascendió a 6,4 gramos, lo que impica que en cada hectárea se depositaron 64 kilos, según los datos del WMO Barcelona Dust Regional Center. Este centro gestiona y coordina las actividades y operaciones de investigación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) relacionadas con las tormentas de arena y polvo.
La empresa burgalesa Agrae Solutions ha analizado los componente de aquella calima y los resultados han sido los siguientes:
- Nitrógeno = 0,134 kg/ha (equivalente a unos 500 gramos de NAC del 27%)
- Fósforo asimilable = 0,001 kg/ha
- Potasio asimilable = 0,045 kg/ha (equivalente a unos 80 gramos de potasa KCl al 60%)
- Calcio asimilable = 0,651 kg/ha
- Magnesio asimilable = 0,003 kg/ha
Evidentemente son cantidades mínimas ya que el cálculo se está realizando por hectárea pero si tenemos en cuenta las 600.000 hectáreas de cultivo, prados y pastizales de la provincia de Palencia veríamos que el nitrógeno que ha traído la calima equivale a 300 toneladas de NAC del 27%, que a 600 euros/tonelada supondría un total de 180.000 euros que la calima habría dejado en Palencia, sólo en nitrógeno.