La estación meteorológica de Astudillo midió el día 28 una máxima de 30 grados, la temperatura más alta en un mes de abril de los últimos 38 años que tiene registrados.

El Observatorio Meteorológico de Carralobo, que gestiona Mariano Bustillo en la localidad de Astudillo, informa en su parte mensual de abril que el pasado mes ha sido uno de los más secos de los que se tiene constancia en la historia reciente. Tan solo se alcanzaron 13,3 litros por metro cuadrado en ese punto en todo el mes, con precipitaciones significativas solamente en dos jornadas: la del sábado 29, con ocho litros por metro cuadrado; y la del viernes 21, con tres litros y medio. En los otros tres días con algo de precipitación cayeron cantidades poco relevantes: 0,8 litros los días 13 y 23, y 0,2 litros el día 12.

Esos 13,3 litros por metro cuadrado figuran, según destaca Bustillo, entre las cinco menores cantidades de precipitación total acumuladas en un mes de abril en la historia de la pluviometría de Carralobo, que se inició en 1959. Esa cantidad no supone ni la décima parte de la lluvia que llegó a acumularse en abril de 1998, nada menos que 135,5 litros por metro cuadrado. Desde luego, el pasado mes se saldó con unas precipitaciones extremadamente bajas para las necesidades del campo, máxime si consideramos que suceden ya a unos meses de febrero y marzo que resultaron bastante secos, con 21,8 y 19,3 litros por metro cuadrado, respectivamente.

CALUROSO. Por lo que respecta a las temperaturas, la máxima del pasado mes se alcanzó el día 28, con 30 grados, la más alta de un abril de los últimos 36 años que el Observatorio de Carralobo tiene registrados. Incluida esa jornada, el pasado mes se saldó con seis días que se llegó a los 25 grados o se superó esa máxima. La media del mes fue de 12,9 grados, la más alta desde 1988, si exceptuamos abril de 2017, en la que se alcanzaron los 13,2 grados de media.

En cuanto a las mínimas, el día 5 de abril bajó el mercurio hasta los 4,5 grados bajo cero, que también se registró en abril del pasado año, muy cerca de los 4,8 grados bajo cero de ese mismo mes en 1994 y 1995, que son los registros mínimos históricos de un mes de abril que ha medido este observatorio en esos 36 años. Esto arroja una oscilación térmica mensual de 34,5 grados, horquilla que también constata cómo nos hallamos lejos de las primaveras suaves que, además de húmedas, convienen a la agricultura castellana.

«Abril siempre fue ruin. Al principio, al medio y al fin», resume el agricultor jubilado Mariano Bustillo con el refrán que acompaña tradicionalmente a su parte de resumen mensual de su observatorio. /