El último informe mensual de seguimiento del Plan Especial de Sequía de la cuenca del Duero, con fecha del pasado 3 de julio, revela que los dos sistemas de la provincia de Palencia, Carrión y Pisuerga, ya han pasado en el indicador de sequía del nivel de normalidad al de sequía prolongada, lo que ya sucedió en los veranos de 2019, 2021 y 2022 (no así en el de 2020). Este índice se elabora con datos de aportaciones a los embalses, estaciones de aforo y precipitaciones acumuladas en los últimos nueve meses. Sin embargo, el indicador de escasez —basado en volumen de agua embalsada—no ha variado en el caso del sistema Pisuerga, que sigue en alerta; pero sí ha mejorado en el Carrión, que ha pasado de alerta a prealerta, según este último informe de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
Pese a que el sistema Pisuerga se mantiene en nivel de alerta en cuanto al indicador de escasez, sí se ha registrado una ligera mejoría con respecto al informe de mayo (este índice ha pasado de 0,20 a 0,25), con lo que se aleja —al menos de momento— el último y más grave nivel de «emergencia». Este índice se calcula en función del total de volumen almacenado en los tres embalses del sistema: Cervera-Ruesga, Requejada y Aguilar de Campoo.
Cabe recordar que el Plan Especial de Sequía en vigor prevé, para el escenario de «escasez» reducciones efectivas de hasta el 50% en la demanda de riego (incluso aun habiéndose concedido en junta de gobierno de la CHD), recortes en la asignación de riego de cada sistema que pueden llegar al 100% en el escenario de «emergencia».
SIMILAR A 2022. A fecha de este viernes 21 de julio, según los datos de la CHD, estos embalses del sistema Pisuerga se encuentran ya por debajo de un tercio de su capacidad total (32,7%), con un volumen embalsado de 103,3 hectómetros cúbicos, no muy lejos del que se registraba en la campaña veraniega de 2022 por estas mismas fechas (100,4 hm3), también marcada por la sequía; y sensiblemente inferior a la media de la última década a estas alturas de año hidrológico (198,4 hm3).
Con estas cifras y la ola de calor de la presente semana, parece difícil que este sistema vaya a poder abandonar ese nivel de alerta en cuanto a escasez, como sí se ha producido en el sistema Carrión, cuyos embalses de Camporredondo y Compuerto se han beneficiado de las precipitaciones de finales de mayo y del mes de junio.
MÁS QUE HACE UN AÑO. A fecha también de este viernes 21 de julio, según los datos de la CHD, los dos embalses del sistema Carrión rondan ya el 50% de su capacidad total, con un volumen embalsado de 82,3 hectómetros cúbicos, pero más cerca del promedio de la última década a estas alturas de año hidrológico (94,3 hm3) que del bajo nivel que presentaban en 2022 en la misma fecha (56 hm3).
Esa mejoría se ha traducido en que su índice de escasez se haya elevado en este último informe de primeros de julio a 0,38 puntos, frente al 0,26 del balance anterior, con lo que ha abandonado el nivel de alerta para pasar al de prealerta, al superar el umbral de 0,30.
La mejora de este índice en el sistema Pisuerga (que ha pasado de 0,20 a 0,25) ha resultado insuficiente para cambiar de rango, pero sí refleja que las precipitaciones del final de la primavera han aliviado la situación, unidas a las restricciones impuestas y a la racionalidad en los usos del riego comprometidas por parte de los agricultores usuarios.
Por lo que respecta al indicador de sequía, también el sistema Carrión —como el Pisuerga— ha pasado en este último informe al estado de «sequía prolongada» al caer su coeficiente por debajo de 0,30. Este índice se elabora con los aportes acumulados en el ultimo medio año (medidos en los embalses de cabecera y en estaciones de aforo a lo largo de la cuenca de cada río) y con las precipitaciones de los últimos nueve meses./