Además del problema de los ganaderos con el lechazo, la crisis sanitaria del Covid-19 está provocando graves perjuicios a los agricultores, concretamente a los cultivadores de patata. Y es que desde que está vigente el estado de alarma, con la restauración cerrada, los productores de patata, especialmente los del norte de la provincia, ven cómo resulta imposible dar salida al producto destinado a restaurantes o comedores de colegio.
ASAJA Palencia señala que son muchas las familias afectadas por esta situación. Y es que la patata cultivada en la zona de Aguilar de Campoo, la Valdivia o la Ojeda, ha dejado de encontrar salida desde el pasado 14 de marzo, y previsiblemente la campaña, que finaliza en junio, se da por perdida, con el quebranto económico que conlleva.
Una situación que el colectivo de patateros no va a poder soportar y que va a machacar económicamente a un sector proveedor de bares, restaurantes y tiendas de alimentación. Los agricultores lamentan que tampoco pueden dar salida a su producto a través de los supermercados, porque se presenta en bolsas de 25 kilos preparadas para restaurantes, y están en desventaja con la patata francesa que está copando el 95 por ciento de las ventas para consumo familiar.
El temor de los cultivadores es que la situación se agrave en unos 20 días, cuando empiece a llegar la patata nueva del sur. Por ello piden medidas de apoyo al sector que compensen las importantes pérdidas que ya están sufriendo.