Ya se ha publicado el «Informe Mensual de Seguimiento del Plan Especial de Sequía» del mes de junio, donde la Confederación Hidrográfica del Duero mantiene a los sistemas palentinos, Carrión y Pisuerga, en la situación de «sequía prolongada» y en el estado de «alerta», en lo referente a la escasez de agua.

Tras conocerse los datos del mes de mayo, la CHD procedió a declarar la situación especial por sequía extraordinaria en ambos sistemas, como indica el vigente Plan Especial de Sequías, que data de 2018. A este punto se llega tras los intentos de ahorro de agua y la falta de acompañamiento de la meteorología y son diversas las medidas que puede tomar la CHD llegados a este punto. Una de las que plantea este Plan Especial de Sequías para la situación de «alarma» es la «reducción de caudales ecológicos mínimos cuando la situación se solape con el escenario de sequía prolongada». Por cierto, ya se cuida dicho documento de especificar, sobre las medidas a tomar, que «no se tratará de actuaciones que supongan la ejecución de nuevas infraestructuras», no sea que a los regantes se les ocurra la posibilidad de solicitar un aumento de la regulación para que no falte agua en años venideros.

A fecha 11 de julio, de los 165 hm3 de capacidad del sistema Carrión, se encuentran ocupados sólo 67,3 hm3 (44,8%) cuando en la campaña de riego de 2021 había algo más de 100 hm3 el mismo día y el intervalo habitual aproximado va de 100 hm3 a 130 hm3. El sistema Pisuerga está aún peor, con una disponibilidad de 322 hm3 pero con sólo 114,1 hm3 embalsados (35,4%), cuando el año pasado superaba los 190 hm3 y el intervalo habitual está aproximadamente entre los 150 hm3 y los 270 hm3 en estas fechas.

Con la campaña de recolección de los cereales de invierno muy avanzada, los regantes están intentando sacar adelante los cultivos de primavera de su explotación, algo que merecen tras el sacrificio realizado por los agricultores palentinos sacrificando parte de los cultivos por la previsión de un escaso volumen de agua para el riego y una reducción importante de las dotaciones habituales. Teniendo en cuenta los datos de las últimas tres campañas, la superficie de maíz palentino ascendía a unas 7.500 hectáreas y este año ha sufrido un recorte significativo, quedándose en 4.643 hectáreas. El caso de la remolacha es más notorio ya que de las 1.700 hectáreas que se venían sembrando, se ha pasado a tan solo 791 hectáreas. Por último la patata, sí que ha conseguido mantener las 800 hectáreas habituales. Es decir, que de unas 10.000 hectáreas que Palencia dedica a cultivos de primavera, dejando al margen al girasol, nos hemos quedado en 6.100 hectáreas, con una reducción de estos cultivos aproximadamente de un 40%.

En la actualidad los regantes se afanan en sacar adelante estos cultivos mencionados y en conseguir también lo mejor del girasol, que con casi 12.000 hectáreas en regadío ha doblado la superficie anual destinada a este cultivo en los últimos años, y de la alfalfa, que ronda las 9.000 hectáreas de en regadío y sufre un paulatino descenso de superficie en los últimos años. Todo ello con la esperanza de que la CHD no corte la campaña de riego como ocurrió en el fatídico 2017, un año para olvidar.

Cabe recordar que las precipitaciones de junio han sido caprichosas, como corresponde a la época del año, y han dejado el preciado agua de forma dispersa, como las nubes suelen hacer en estos meses de estío donde el norte y el sur de la provincia se olvidan de la tendencia pluviométrica que tienen el resto del año y esperan a que el azar les reparta aquello que necesitan.

ESTACIÓN METEOROLÓGICAPLUVIOMETRÍA EN JUNIO (l/m2)
Villamuriel de Cerrato44
Herrera de Pisuerga39
Lantadilla31
Torquemada26
Villoldo26
Villaeles21
Fuentes de Nava16
Villaluenga de la Vega12