La organización cree que la Junta oculta los datos reales de la enfermedad

A pesar de que Sanidad no admite nuevos casos declarados de tularemia en la provincia, cuya vinculación con la plaga de topillos está probada, en ASAJA PALENCIA se tiene constancia de numerosos casos de afectados.
ASAJA cree que la Junta oculta los datos reales de la enfermedad ya que no está informando de casos diagnosticados posteriores al 12 de agosto, fecha en que confirmaba 7 enfermos y reconocía 18 casos sospechosos detectados. La organización no entiende por qué no se informa de los nuevos casos confirmados con la serología del Sacyl, y lamenta que la administración persista en el mismo proceder que en 2007, cuando no quería admitir la cifra oficial que finalmente alcanzó cientos de casos en Palencia.
ASAJA recuerda a la Junta que de nada sirve silenciar la enfermedad, ya que el número de enfermos no va a variar, y lo único que se consigue es dilatar en el tiempo la información a los ciudadanos de un problema sanitario preocupante, provocado por la negligencia administrativa a la hora de abordar la plaga de topillos.
Y es que a las pérdidas económicas provocadas por los ratones, que han afectado de momento a unas 70.000 hectáreas en la provincia, hay que añadir ahora el problema sanitario. Por lo tanto, ASAJA exige a la Junta por un lado, que garantice la sanidad de los ciudadanos, tomando las medidas oportunas para acabar con la plaga y sus consecuencias, y por otro, que se reconozca la tularemia como enfermedad profesional y no como enfermedad común.
ASAJA considera que en este caso se cumplen los requisitos para la clasificación de la tularemia como enfermedad profesional, ya que se trata de “una enfermedad infecciosa transmitida a los agricultores, ganaderos y trabajadores rurales por los animales o por sus productos o cadáveres”. El reconocimiento como enfermedad profesional da derecho al paciente a la gratuidad de los medicamentos necesarios para el tratamiento, además de que permite cobrar la baja médica desde el primer día, con un importe del 75 por ciento de la base de la cotización, y puede generar indemnizaciones por lesiones e incluso indemnizaciones por invalidez permanente en el caso de los afectados que arrastran secuelas para toda la vida.
ASAJA insiste en la necesidad de exterminar de forma inmediata la plaga y considera que las medidas que ha puesto en marcha la Junta son insuficientes, por lo que la administración sigue sin asumir su responsabilidad ante este problema. Además, la organización añade que con su actitud de desentenderse del problema, la Junta ha causado un enorme perjuicio económico a cientos de agricultores y en las últimas semanas está poniendo en peligro la salud de los habitantes del medio rural.
De no autorizarse las quemas de rastrojos controladas y abordarse el problema con el rigor que se merece, de cara a los próximos meses la plaga volverá a tener efectos devastadores en las siembras de la próxima campaña, y la tularemia se puede convertir en una enfermedad endémica en las zonas rurales.