El presidente de ASAJA-Castilla y León, Donaciano Dujo, ha ofrecido esta semana en Burgos una rueda de prensa para analizar la actual campaña agrícola 2022-2023, que enfila su recta final, una comparecencia donde ha denunciado que resultará la peor de la historia reciente en términos de rentabilidad para el sector agroganadero de esta comunidad. Dujo calificó este 2023 como un «año catastrófico», con unas pérdidas que rondarán los dos mil millones de euros, tras reducirse la cosecha de cereal por debajo de la mitad del promedio, debido a una gravísima sequía que afecta no solo a los agricultores, sino también a los ganaderos, en un escenario de elevados costes de producción.

El presidente de nuestra formación en Castilla y León señala que la cosecha de cereal que ahora concluye va a ser la peor desde hace tres décadas, si se exceptúa la pésima de 1997, ya que la producción rondará los 3,2 millones de toneladas, por debajo de la mitad de la media en nuestro territorio.

Donaciano Dujo, que ofreció la rueda de prensa junto al presidente de ASAJA-Burgos, Esteban Martínez, recordó que una cosecha cerealista normal en Castilla y León llega a los 6,4 millones de toneladas, para destacar que ese descenso ha llegado en una campaña en la que el coste productivo por hectárea ha pasado de unos quinientos euros a rondar el millar. El sector ganadero también está padeciendo los efectos de la sequía, «con unos precios de los forrajes por las nubes». 

EN DIFICULTADES. El dirigente de la organización denunció las «importantes dificultades económicas» por las que están pasando la mayoría de las explotaciones agroganaderas de Castilla y León, debido a esos elevados costes de producción, los bajos rendimientos de amplios territorios cultivados en la comunidad y los precios de venta de los productos que en muchas ocasiones ni siquiera cubren esos altos insumos, o simplemente se equilibran, sin que el trabajo, el esfuerzo y las altas inversiones del profesional se vean recompensadas.

En la campaña de cereales de invierno que ahora concluye se han sembrado en Castilla y León 1.637.000 hectáreas, con una producción de 3,2 millones de toneladas, lo que arroja unos rendimientos medios por debajo de los dos mil kilos por hectárea, «cuando los costes de sementera nos obligaban a superar los tres mil para atisbar algo de rentabilidad», destacó Dujo.

DIFERENCIAS. Cabe recordar además que esos rendimientos medios pueden resultar engañosos, ya que la campaña que ahora termina presenta numerosas diferencias según cultivos y territorios, aun dentro de la misma provincia y aun de la comarca, en función de las variables meteorológicas, la disponibilidad del regadío y los tiempos de sementera. Pero en todo caso se registran cosechas muy inferiores a las de un año agrícola normal.

Así, según las estimaciones de la propia Junta de Castilla y León, el cereal llegará a dar un rendimiento medio cercano a los 2.400 kilos/hectárea en provincias como León, incluidos secanos y regadíos; pero en provincias como Ávila no se alcanzarán los mil kilogramos/hectárea, según los avances de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

PALENCIA, POR ENCIMA DE LA MEDIA REGIONAL. Estas mismas fuentes cifran los rendimientos de Soria en menos de 1.400 kg/ha y los de Segovia, Valladolid y Zamora en torno a los 1.700-1800 kg/ha. Para la provincia de Palencia, se estima un rendimiento medio del cereal que no supera los 2.350 kg/ha, sensiblemente por debajo de un año normal, cantidad que incluye tanto los secanos como los regadíos; pero algo superior a la media regional (1.980 kg/ha).

Dujo enmarcó los resultados de la campaña en Castilla y León en una desastrosa cosecha cerealista a nivel nacional, con unos ocho millones de toneladas, lo que obligará a mantener, e incluso aumentar, las importaciones, con la consiguiente merma para la economía española, que en esta vertiente de la producción agraria debería asegurarse su soberanía alimentaria.

EMPLEO Y AYUDAS. A preguntas de la prensa sobre el descenso observado en la contratación de personas en el sector agroganadero, el presidente de ASAJA-Castilla y León explicó que se debe a varios factores, incluidos los elevados costes de producción, pero también a la falta de mano de obra cualificada, especialmente en el sector ganadero. «Cuesta encontrar personas dispuestas a trabajar en nuestras explotaciones; y si además la rentabilidad está en el aire, el agricultor o el ganadero reduce costes de todos los sitios, también en la contratación de personal, como es lógico», afirmó Dujo.

El máximo representante regional de ASAJA recordó que desde mayo nuestra organización viene reclamando ayudas tanto al Gobierno de España como a la Junta de Castilla y León, comunidad que hasta ahora ha recibido alrededor de 200 millones de euros, lo que apenas representa una décima parte de las pérdidas.

«Son totalmente insuficientes», lamentó Dujo, muy crítico con la decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de considerar que Castilla y León, salvo alguna provincia, ha sufrido una «afección media» de sequía, lo que se ha traducido en un recorte a la mitad de las ayudas a los agricultores y ganaderos de esta comunidad con respecto a las percibidas por los de otras zonas de España.

SEGUROS. El presidente de ASAJA-CyL también recordó que, tras conocerse que Agroseguro prevé elevar como media el 35% el coste de las pólizas del seguro de los cultivos herbáceos, debido a las altas indemnizaciones que ha debido asumir el consorcio por la sequía, nuestra organización ha reclamado a las administraciones central y autonómica que eleven su aportación hasta los límites del 70% que permite la normativa europea. «El seguro es una herramienta obligatoria para los agricultores, pero ¿cómo vamos a contratarlo si aumenta el coste el 35%, y tenemos una situación financiera delicada por la última campaña?», se preguntó Dujo, que también cuestionó una subida que hará aún menos apetecible el seguro en territorios donde hasta ahora contratar este instrumento no compensaba por los bajos rendimientos.

Finalmente, el presidente regional de nuestra organización reclamó al Gobierno de España vigilancia, control y presión para que las multinacionales apliquen precios justos en los insumos (fertilizantes, carburantes, maquinaria…) «y no especulen con el sector agrícola y ganadero», y que se retiren «normas absurdas de la PAC», petición que hizo extensiva al ejecutivo autonómico, «para priorizar la producción y el respaldo a los profesionales del campo»./