La normativa europea en materia de producción ganadera es cada vez más limitante, restrictiva y fiscalizadora, y, cuando hay que llevarla del papel a la práctica, supone una presión insostenible en las explotaciones. ASAJA critica que la avalancha de miles de folios de normativa imposibilita su cumplimiento por parte de los ganaderos. “Es imposible poder llevar a la práctica normas que humanamente no da tiempo de leer”, critica la organización profesional agraria.
Además, escudado en Estrategias, Directivas y Reglamentos comunitarios, “el Ministerio aporta su granito de arena a la causa y lleva estas exigencias más allá de lo marcado desde Europa, por lo que en España las granjas soportan una presión aún mayor”, puntualiza ASAJA.
La aplicación final de esta legislación en las explotaciones se lleva a cabo mediante diferentes normas (decretos, órdenes o instrucciones entre otros) que se aprueban en cada comunidad autónoma, lo que complica más la gestión de la actividad dependiendo de donde esté ubicada la granja. Sirva de referencia los tres volúmenes que se dedican a la ganadería de los 11 que componen el Código de Derecho Agrario, un compendio de las disposiciones legales generales más relevantes para el sector agrario publicadas en el BOE, ya sean de origen estatal o autonómico. Sólo estos 3 capítulos específicos, referentes a los animales y las explotaciones ganaderas, a las operaciones con el ganado o a las enfermedades del ganado y medicamentos, suponen más de 2.000 páginas de normas legales aplicables particularmente a las explotaciones ganaderas.
Esta maraña de normas, generadas en los despachos, algunas casi imposibles de llevar a la práctica, son en gran parte desconocidas por los directamente afectados, los ganaderos, pero también son inabarcables para los técnicos e incluso los propios funcionarios responsables de la materia. “Se modifican alegremente, un día sí y otro también, generando mayor desconocimiento, pero sobre todo una enorme inseguridad jurídica”, señala la OPA, que añade que “este exceso regulatorio está provocando en el sector asfixia burocrática, incertidumbre e indefensión que explican en buena parte el continuo goteo de cierres de granjas”.
ASAJA critica que la simplificación burocrática sea una promesa continua por parte de la administración agraria europea, “cuando el hecho es que cada año el volumen de legislación crece de una forma desorbitada y alejada de la realidad de los agricultores y ganaderos”.