Tal como ha dado a conocer hoy la Consejería de Agricultura y Ganadería, en Castilla y León la nueva normativa entrará en vigor el 1 de enero de 2019, un margen que ASAJA entiende como “meramente simbólico, porque es imposible lograr ese objetivo en estos pocos meses”. Hoy por hoy, salvo un puñado de grandes empresas, la inmensa mayoría de las explotaciones no cuenta con los elementos precisos para cumplir la nueva normativa, que implica tractores de más caballaje y maquinaria más específica y costosa.
Además, hay que considerar la diversidad de la Comunidad Autónoma, con numerosas fincas con fuerte pendiente y pequeñas dimensiones, que hacen muy difícil esparcir el purín atendiendo a las normas marcadas desde los despachos de la administración. “El sector hace estas tareas muchas veces de la única forma que es posible, no por capricho, como parecen presumir los legisladores”, lamenta ASAJA, que pide un periodo moratorio lo suficientemente amplio para que las explotaciones uedan adaptarse progresivamente, con normalidad, sin obligar a realizar inversiones que pongan en riesgo su viabilidad económica. Hay que tener en cuenta que en muchos casos se han adquirido recientemente elementos para realizar esta tarea que cumplían correctamente con los requisitos hasta ahora vigentes, y que de pronto ahora quedan fuera de la norma.
“Obligar a los profesionales a hacer de nuevo una inversión importante, cuando no se ha amortizado la anterior, es un abuso, que solo beneficia a las firmas de maquinaria”, señala ASAJA. Además, la OPA considera que el plan Renove de maquinaria agrícola que convoca el Ministerio, que cuenta con presupuesto muy insuficiente y que ni siquiera cubre las necesidades para las que está originalmente diseñado, “apenas será un parche. No puede pretenderse que el sector achatarre todo lo actual, que encima está en buen estado, y compre maquinaria nueva, y por ahora el Renove nunca ha cubierto reformas”.
ASAJA entiende que queda una puerta abierta para que el 1 de enero de 2019 se siga negociando una ampliación del plazo para el uso de platos o abanicos, que es el sistema más común de esparcir el purín, algo que no ocurre con el sistema de cañones, que queda expresamente prohibido a partir de enero de 2019. Este sistema de cañones es el más utilizado en el caso de la ganadería de vacuno de leche debido a la necesidad de esparcir con más frecuencia en épocas de invierno cuando no se puede entrar en las fincas y la lluvia se acumula en el patio de las granjas, desaguando en la fosa.
ASAJA lamenta que todos estos problemas partan de “un sinsentido, un decreto que publica el Ministerio para satisfacer a Bruselas, cuyo cumplimiento acarrea enormes perjucios a los ganaderos y que a la postre no va a reportar ninguna mejora medioambiental. Un decreto muy negativo que la Consejería además no ha sabido corregir convenientemente para frenar el impacto sobre el sector”.