ASAJA califica de “exiguo y totalmente insuficiente” el presupuesto que corresponderá a Castilla y León del paquete de ayudas europeas para mejorar la liquidez de las granjas de vacuno de leche, por lo que pide que el Ministerio y la Consejería de Agricultura complementen con presupuesto propio esta línea, como así lo permite Bruselas y como previsiblemente se hará en otros países europeos competidores de nuestros ganaderos.
El montante global de esta ayuda es de 350 millones de euros para toda la Unión, de los que 14,6 corresponderían a España. A Castilla y León, atendiendo a su peso productivo, el criterio más objetivo para efectuar el reparto, le estarían destinados 2,4 millones de euros, una cifra irrisoria a repartir entre los cerca de 1.400 ganaderos de la Comunidad Autónoma. ASAJA considera que las administraciones nacional y autonómica “deben ser coherentes y demostrar más allá de las promesas que son conscientes de la ruina del sector lácteo, aportando cada una de ellas una cuantía igual a la que llegue de Europa”. Cumpliendo esa hipótesis, se sumarían los 2,4 mill € de la UE, más 2,4 del Magrama, y otros 2,4 de Castilla y León, y “habría una partida de unos 7 millones de euros, que sin ser grande permitiría que este reparto solucione algunos problemas y sea un balón de oxígeno para el sector ganadero”.
La ayuda para mejorar la liquidez del sector lácteo es una medida muy importante porque está enfocada a fortalecer a las explotaciones para que puedan continuar abiertas tras este largo y duro periodo de pérdidas. Persigue pues objetivos diferentes de la ayuda para la reducción temporal de la producción de leche, también aprobada por la Unión Europea, que está enfocada a propiciar un ajuste del mercado, y que en estos días y hasta el próximo miércoles 21 de septiembre se está tramitando por las mismas entidades que gestionan la PAC, como es el caso de ASAJA. Este apoyo consiste en una subvención de 14 céntimos de euro por cada litro de leche que se produzca de menos en el periodo de octubre-diciembre del presente año, con respecto al mismo periodo octubre-diciembre de 2015. El problema de esta ayuda a la reducción productiva, tal como ha advertido el presidente de la OPA, Donaciano Dujo, es que en ganadería no es posible interrumpir unos meses la producción y luego retomarla: “una vaca ni es un reloj ni se desenchufa, o produce o no produce”, subraya.