Toda la comunidad agraria europea está siguiendo el desarrollo del conflicto en Ucrania con profunda tristeza. En las reuniones de Copa y Cogeca de la semana pasada, todos los miembros expresaron su solidaridad con el pueblo ucraniano, con pensamientos especiales para nuestros compañeros agricultores y colegas de las cooperativas agrícolas en estos tiempos difíciles. Nuestra solidaridad no se queda en las palabras, el Copa y la Cogeca pondrán en marcha acciones concretas en los próximos días y semanas siguiendo la evolución del conflicto.

En tiempos de guerra, el enfoque en la seguridad alimentaria adquiere una importancia crítica y es esencial tomar las medidas necesarias desde el principio para garantizar que los suministros de alimentos continúen llegando a los más afectados, en Ucrania y en todo el mundo. Éste es el momento de fortalecer aún más una cooperación europea e internacional unida.

La desestabilización de Ucrania por la invasión rusa ya ha desencadenado importantes consecuencias globales. Los rusos y los ucranianos son exportadores agrícolas internacionales clave. Ucrania es el cuarto mayor proveedor externo de alimentos de la UE y proporciona a la UE una cuarta parte de sus importaciones de cereales y aceites vegetales, incluida casi la mitad de su maíz.

Por lo tanto, mientras que el tema del suministro de energía está ahora claramente en la mente y en boca de todos, la agricultura y la ganadería también son estratégicamente importantes. Para la comunidad agraria de la UE, que ha demostrado un papel clave y resiliente durante la pandemia, esta crisis se suma a la del Covid y a los fuertes aumentos de precios de todos los principales insumos agrícolas (es decir, energía, piensos, fertilizantes, …) en los últimos meses.

Para mantener una Europa fuerte y pacífica, es fundamental salvaguardar la seguridad alimentaria y las cadenas de suministro. Esta es una lección que hemos aprendido de los padres fundadores de Europa. En los próximos días y semanas, mientras se centran principalmente en la resolución del conflicto en curso, los que toman las decisiones en la UE también deben considerar su impacto en sectores económicos clave. La agricultura europea es un pilar central de nuestra autonomía estratégica y deben actuar con decisión y rapidez para preservarlo.