Una explotación de 200 hectáreas de secano gastará 8000 euros más en abono y gasóleo que el año pasado.
Ya se contaba que, tras una cosecha de cereal y oleaginosas con precios al alza, el hachazo llegaría por el lado de los costes de la siguiente sementera, pero la escalada de precios de los insumos ha superado todas las previsiones, impulsada por una economía en la que la inflación es ya más realidad que amenaza.
El encarecimiento afecta a todos los costes de producción, siendo el primero en percibirse el de los abonos, al que se han sumado el resto: gasóleo, electricidad, repuestos, etc.
Así, para una explotación de secano media, de unas 200 hectáreas (sembradas unas 150 ha), respecto al año pasado estaríamos hablando de alrededor de 4500 euros a mayores de coste en abono, y otros 3.650 euros más en gasóleo. Es decir, para una explotación cerealista la sementera de 2021 supondría 8.140 euros más que la de 2020.
A esta factura de la maquinaria, habría que sumar otras, como es la de la electricidad, notable para cualquier nave, pero especialmente para las ganaderías y para los regantes, todavía esperando a que el Gobierno cumpla con su compromiso y acepte la doble tarifa de riego. Por no mencionar los precios de la tierra, tanto para compra como en renta, que son disparatados, tal como denuncia ASAJA.
La situación es muy complicada, puesto que todo parece indicar que esta espiral alcista en el sector energético se va a mantener durante bastantes meses.