El Consejo de Ministros ha aprobado este martes (27 de julio) un nuevo Real Decreto por el que se establecen nuevas normas de ordenación de las granjas avícolas.

Introduce medidas para la reducción de las emisiones de gases contaminantes, en particular de amoniaco, y de efecto invernadero. Así, cada graja deberá disponer, de manera individualizada, de un registro de emisiones y las técnicas utilizadas para su reducción.

Además se establece de manera obligatoria la figura del veterinario de explotación, responsable de evaluar los requisitos de bioseguridad y otros aspectos zoosanitarios de la explotación, como el uso racional de los antimicrobianos.

También cobra relevancia la formación en bienestar animal de los trabajadores, se incorporan recomendaciones en dicha materia y se exige un plan individual para cada granja, que evalúe los potenciales riesgos para el bienestar de los animales.

Por último cada explotación deberá contar con un sistema integral de gestión en la granja, donde queden recogidos los distintos planes y protocolos implantados en la misma en ámbitos sanitarios, de limpieza, mantenimiento de las instalaciones, bienestar animal, gestión de estiércoles o de distintos residuos, y formación y control de antibióticos.