Por las propias características agronómicas de la provincia de Palencia, la línea del seguro agrario más implantada es la que cubre los riesgos acaecidos en las explotaciones destinadas a cultivos herbáceos extensivos. En esta línea de seguro se incluyen las producciones de todo aquello que tenga como destino la producción de grano, ya sean cereales, leguminosas u oleaginosas.
De las 470.000 hectáreas de tierra arable de que dispone la provincia, la cantidad destinada a cultivos herbáceos con destino a grano es bastante constante, rondando las 360.000 hectáreas. El resto se dedican principalmente a forrajes –donde destacan alfalfa y veza– y barbecho así como a otros cultivos más intensivos como remolacha, patata y otras hortícolas. En la cosecha 2020 se alcanzaron las 318.904 hectáreas, la segunda cifra más alta de los últimos diez años.
La superficie asegurada ha sufrido un salto cualitativo tras la sequía que arrasó Palencia en 2017 mostrando la cara amarga de la agricultura y recordando la necesidad de contar con el seguro agrario año tras año como un gasto más de la explotación. En la pasada cosecha se alcanzó un grado de aseguramiento del 88,22%, lo que denota la importancia del seguro agrario.
Tras la contratación de otoño, las hectáreas susceptibles de ser aseguradas en secano, y por tanto con cobertura de sequía, ascienden al 68% en Palencia, el segundo índice más elevado de la región.