Para ASAJA, esta prolongación era inevitable, dados el retraso y la crisis actual. En el lado positivo, otorga cierta estabilidad al sector; en el negativo, indica que Bruselas camina a tientas sin un proyecto claro que fortalezca el sector.
En tiempos de tribulación, no hacer mudanza. O mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Así se podría resumir el acuerdo del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión para prorrogar dos años más la PAC actual.
La duración del período de transición comenzará el próximo 1 de enero de 2021, y se extenderá dos campañas, hasta que en enero de 2023 entren en vigor de los Planes Estratégicos nacionales que determinarán la aplicación de la PAC en cada Estado miembro.
Ha sido ayer 30 de junio, el último día de la presidencia croata, a quien relevará Alemania, cuando se ha conocido este acuerdo, por ahora parcial, puesto que está pendiente de que se apruebe el Marco Financiero Plurianual, el dinero con el que se va a contar. Conseguido esto, los negociadores del Parlamento y del Consejo se reunirán de nuevo para ultimar estas normas transitorias.
Para ASAJA Castilla y León, esta prolongación era “inevitable, dado el retraso previo que ya se llevaba, y más aún con la irrupción de la crisis del covid-19. En el lado positivo, otorga cierta estabilidad al sector; el negativo, una vez más indica que Bruselas camina a tientas sin un proyecto claro que fortalezca el sector agrario y ganadero europeo”. Tras varios años hablando de cómo será la nueva PAC, llegan más años en los que se seguirá hablando de cómo será la nueva PAC, lo que implica un desgaste de recursos administrativos y de gestión muy importante.
Según resume los servicios técnicos de ASAJA en Bruselas, los principales puntos del acuerdo alcanzado ayer son:
-Tanto las ayudas del Primer como del Segundo Pilar continuarán “de forma ininterrumpida” dando seguridad al sector agroganadero durante al menos dos años, fecha en la que se espera que se ponga en marcha la nueva PAC post 2020.
-Además han acordado un acceso más fácil a las compensaciones de gestión de riesgos y a la ayuda nacional que conceden los Estados Miembros.
En este último punto, las ayudas nacionales en temas puntuales como puede ser el tema del Covid-19, el temor de ASAJA es que dependan de los recursos propios de cada país, lo que no garantiza que lo que se prometa pueda ser asumido, sobre todo en un país como el nuestro, que ha sido golpeado especialmente por la crisis sanitaria y económica.