A pesar de las reclamaciones de ASAJA, Azucarera Ebro ha anunciado ayer que, por primera vez, los agricultores que aún tienen remolacha sin arrancar y que tienen contrato con la planta de Peñafiel, que está a punto de cerrar esta campaña, y Miranda de Ebro, que ya lo hizo el 30 de diciembre, tendrán que asumir los costes de transporte de su producción hasta las factorías de Toro y La Bañeza, que reabrirán en los próximos días.
La industria dice que de este modo paliará los costes que le está suponiendo esta campaña, intermitente por las inclemencias del clima. Sin embargo, ASAJA considera que es injusto penalizar a agricultores que no han podido arrancar su remolacha, no por desidia, sino porque desde el otoño hay parcelas que permanecen encharcadas, y lo seguirán estando durante las próximas semanas. Estos casos se repiten especialmente en zonas aledañas a Osorno (Palencia) y Arenillas del Río Pisuerga (Burgos), con tierras llenas de agua en las que no es posible entrar con cosechadora. Dado que estos productores tenían que entregar en Miranda, ahora se encontrarán con la obligación de alejarse más aún, hasta La Bañeza o Toro, asumiendo personalmente estos costes.
Este tema se ha tratado en la Mesa Zonal celebrada ayer en Valladolid, en la que participan representantes de Azucarera Ebro y de las organizaciones agrarias, ASAJA-CNCRCA entre ellas. La convocatoria de este foro había sido reclamada por ASAJA, por entender que desde hacía días los agricultores de la región estaban demandando la reanudación de la campaña remolachera, tras el parón navideño.
En este foro la industria ha anunciado que Toro reabrirá sus puertas el próximo día 20 de enero, en lugar del día 15, como pedía ASAJA. La idea es que la única factoría que en estos momentos tiene abierta la recepción, la de Peñafiel, no cierre hasta que Toro tome el testigo. Posteriormente, el día 27 de enero –si así lo pacta la Mesa de la fábrica– abrirá de nuevo La Bañeza.
Según los datos disponibles, quedan por entregar 1.060.000 toneladas, alrededor del 35 por ciento de la remolacha contratada, en Azucarera-Ebro; en el caso de Acor, estarían pendientes unas 290.000 toneladas, cerca del 25 por ciento de la producción. En la Mesa Zonal de ayer la industria ha tenido que admitir, tal como ya había advertido ASAJA, que sus previsiones de producción iniciales eran muy bajas; los aforos indican que se superarán las toneladas anunciadas y que se superarán los 4 millones de toneladas; eso sí, la riqueza no parece haber remontado esta lluviosa campaña.
Por último, se ha ratificado la decisión de admitir que la remolacha excedentaria se pueda recalificar como remolacha de reporte. Eso significa que el agricultor cobrará (siempre que lo solicite expresamente) la excedentaria a pleno precio, pero se le restarán esas toneladas a la hora de contratar la campaña que viene. Esta posibilidad es, bajo el punto de vista de ASAJA, positiva, ya que le permite al agricultor cierta flexibilidad.