El ataque de un oso mató recientemente a una novilla de raza parda de montaña en una explotación de bovino extensivo de la Montaña Palentina, situada concretamente en Valberzoso, pedanía del municipio de Brañosera. Así nos lo ha trasladado el propietario, un asociado de ASAJA-Palencia, junto con la fotografía que aparece en esta información y la documentación oficial acreditativa de que se trata de un ataque de esta especie protegida de la fauna salvaje.
Los ataques del lobo ibérico a nuestra ganadería son tan numerosos que, por desgracia, han dejado de ser noticia, máxime desde que este depredador entró en 2021 en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial por decisión del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en contra del criterio de las organizaciones agrarias y de la Junta de Castilla y León.
Como denunció ASAJA-Palencia, para reclamar una rectificación de la ministra titular de esa cartera, Teresa Ribera, esa sobreprotección del lobo ocasionó en nuestra provincia que sus ataques al ganado en 2023 se multiplicaran por cuatro, y que se duplicara el número de cabezas sacrificadas por ese motivo, con respecto al estatus anterior, cuando sí se permitía su caza controlada al norte del Duero.
Mucho más ocasionales son, desde luego, los ataques por parte del oso al ganado, pero no por ello son descartables ni revisten poca importancia, como muestra el que se produjo el pasado 25 de octubre y causó la muerte a una novilla de diecinueve meses en Valberzoso.
RAZA AUTÓCTONA AMENAZADA. El ejemplar, que pertenecía a una explotación con aproximadamente un centenar de cabezas, era de raza parda de montaña, incluida por la Junta de Castilla y León en el catálogo de razas autóctonas, con categoría de raza amenazada (es una de las nueve de ganado bovino con esa clasificación).
Los primeros datos de la raza parda de montaña en España, que debe su nombre al color de su capa y de su asentamiento geográfico, se remontan a más de ciento sesenta años atrás, cuando se cruzaron la raza parda alpina y las autóctonas del norte del país para lograr ejemplares más productivos en carne.
Está reconocida como raza autóctona de fomento en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España. La mayor parte de ejemplares de raza parda de montaña se cría en explotaciones de tamaño medio con sistema de producción extensivo, con predomininio del aprovechamiento de pastos en terrenos montañosos. Por ello, desempeña un valioso papel socioeconómico en las zonas que ocupa, principalmente en Asturias, Cantabria y la sierra de Madrid, además de Castilla y León.
48 HORAS PARA INFORMAR Y UN MES PARA SOLICITAR COMPENSACIÓN. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta dispone de un mecanismo de pago compensatorio de los daños ocasionados por el oso pardo en toda la comunidad, tanto en el ganado, como en la agricultura, las colmenas y otros bienes particulares. Los interesados disponen de un mes para solicitar ese pago contado a partir de la fecha del siniestro. Es imprescindible comunicar el ataque en la forma y plazo correspondientes.
A fin de que puedan comprobarse los hechos y el cumplimiento de los requisitos, los afectados deben ponerlo en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la provincia donde ocurrió el ataque, en un plazo máximo de cuarenta y ocho horas desde que se produjo el siniestro. La comunicación se realizará por cualquier medio que deje constancia, incluida llamada telefónica a los números de teléfono del Servicio Territorial de Medio Ambiente (en Palencia, 979 715 515), o de las oficinas comarcales de esa consejería, situadas en Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga, Guardo, Herrera de Pisuerga y Saldaña.