Decenas de asociados de ASAJA-Palencia —entre ellos, varios directivos encabezados por el presidente provincial de la organización, José Luis Marcos— se han desplazado a Valladolid en la mañana de este viernes, 11 de octubre, para concentrarse ante la Delegación del Gobierno en Castilla y León en defensa de la producción cerealista de esta comunidad. La movilización, convocada de manera conjunta por ASAJA-Castilla y León y la Alianza UPA-COAG, ha reunido a cientos de profesionales agrarios de la región bajo el lema Costes, importaciones y especulación arruinan nuestra producción. Este mensaje resume la tormenta perfecta que mina la rentabilidad de las explotaciones cerealísticas: costes de producción elevados, importaciones descontroladas de grano sin arancel que hunde los precios, y un mercado especulativo que aprovecha la disponibilidad de cereal extranjero asequible para condicionar las operaciones con los agricultores nacionales.

Según ha manifestado José Luis Marcos en la concentración, «los agricultores que tenemos como base el cereal en nuestra provincia, que somos la mayoría, estamos asfixiados, porque a estos precios que nos están pagando no nos salen los números, ni aunque este año haya habido rendimientos aceptables en Palencia».

Marcos ha añadido que los precios bajos, sin embargo, no repercuten en una bajada en los piensos para alimentar a la ganadería. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura, los alimentos del ganado cuestan hoy entre un 22 % y un 36 % más que en 2020 (depende del tipo de pienso), mientras los cereales no recogen esa subida, ni siquiera la mitad (en el periodo 2020-2024, su revalorización ronda el 12 %). El presidente de ASAJA-Palencia afirma que esta situación no sólo perjudica al sector agroganadero, sino que se está produciendo un daño en términos de empleo y renta en el conjunto de la sociedad palentina, en especial en el medio rural, que se resiente de «unos precios imposibles para plantearse una sementera con unas expectatívas mínimas de rentabilidad».

En efecto, el trigo y la cebada, pese a la reducción en superficie registrada los últimos años, suponen cerca de 220 000 hectáreas en la PAC de 2024. Siguen siendo, pues, los dos cultivos con más hectáreas en la provincia de Palencia (121 000 y 98 500, respectivamente). Entre ambos suponen algo más del 41 % de la superficie declarada en la PAC este año (532 000 hectáreas), incluidos pastos (66 000 ha) y barbechos (41 000 ha).

Al trigo y la cebada hay que añadir unas 30 000 ha de avena y más de 15 000 de centeno, para una superficie total de cereales que ronda las 270 000 hectáreas en la provincia. A ellas se suman una 6900 ha de maíz, que no toda se destina a grano. Palencia ha destinado este año a los cereales unas 40 000 hectáreas menos que en la campaña de 2022: tras dos décadas moviéndose en torno a las 310 000 hectáreas de cereales, este año se han cultivado unas 270 000 ha.

La leve subida de la cotización del cereal las últimas semanas (la tonelada de trigo se paga a 214 euros, tras tocar suelo hace un mes en el umbral de los 200 €/t) no debe distraer sobre la gravedad de la situación del cereal en la provincia de Palencia, como en el conjunto de la región y de España. En Castilla y León se han cultivado esta campaña 400 000 hectáreas menos de cereal que en la de 2021, síntoma inequívoco de los problemas de rentabilidad de estos cultivos esenciales en toda la región.

Como recoge el lema de la concentración, los costes de producción elevados son causa directa del problema, pero no la única. Según datos del propio Ministerio de Agricultura, los precios pagados por los agricultores por los insumos han crecido de media a fecha de hoy el 25 % desde 2020. Por tanto, aplicando ese porcentaje a los precios que el cereal tenía en 2020, se ve claramente que cotizan muy por debajo de lo que correspondería.

En enero de 2020 la tonelada de trigo se pagaba a 189 euros (datos siempre de la Lonja de León), por lo que todo precio por debajo de 237 €/t no asume ese sobrecoste medio de los insumos y va en detrimento del productor. Puesto que el precio actual es de 214 €/t, en el caso del trigo existiría, pues, un desfase del 11 % con respecto a ese mínimo exigible en este momento. Precisamente, hace ahora un año sí cotizaba en esos 237 € la tonelada de trigo, que ha perdido una décima parte de su valor desde entonces.

Como es lógico, no es muy diferente el caso de la cebada, que en enero de 2020 se pagaba en la lonja leonesa a 174 €/t, por lo que actualmente no debería estar en ningún caso por debajo de los 217 €/t aplicando ese 25 % de subida media de los costes. Sin embargo, su cotización actual es de 195 €/t, por lo que también presenta ese desfase del 11 % con respecto a un precio que no menoscabe la rentabilidad del agricultor.

INSUMOS COSTOSOS. En todo caso, hablamos de un incremento de costes medio (+24,7 %), pero hay varios insumos que han aumentado mucho más, como reconoce el propio Ministerio en su índice de precios pagados por los bienes y servicios agrarios, y que tienen una repercusión importante en el cultivo del cereal para obtener rendimientos aceptables, tales como los fertilizantes, que han subido el 45 % desde 2020; o los carburantes, que se pagan hoy el 49 % más caros que hace cuatro años, siempre según datos oficiales. Si aplicásemos esa inflación de costes reales que exige el cultivo del cereal, desde luego que los mínimos precios rentables para el trigo y la cebada deberían estar hoy más bien alrededor de los 300 euros/t y 260 €/t, respectivamente.

El problema, sin embargo, no es sólo ese coste elevado, sino el contexto de un mercado adulterado por la entrada incontrolada de cereales sin arancel, consecuencia de las medidas de apoyo de la UE a Ucrania. En ese río revuelto de la entrada masiva de grano en los puertos españoles y comunitarios pescan los especuladores para ofrecer al productor nacional un precio que alude a otro grano, pero de leguminosa: son lentejas, si quieres lo vendes, si no lo dejas… en la nave. ¿Hasta cuándo? Poco tiempo, pues el encarecimiento de las sementeras de los últimos años no permite mantener el envite./