Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), ha destacado recientemente la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en las actividades agrícola y ganadera conseguida en los últimos años, pese a que éstas han incrementado su producción para atender de forma suficiente la creciente demanda de alimentos. En concreto, informó que la ganadería no sólo cumplió en 2021 (últimos datos disponibles) los compromisos nacionales de reducción de emisiones de amoniaco, sino que además casi duplicó el objetivo de reducción anual del 3 % de las emisiones de amoniaco con respecto al año 2005.

Esperanza Orellana sostuvo la importancia de iniciativas adoptadas por el Gobierno de España para conseguir este avance, tanto regulatorias como las incentivadoras que recoge la nueva Política Agraria Común (PAC).

La directora general señaló que los retos climáticos actuales tienen un impacto especialmente significativo en la agricultura, durante su intervención en el Seminario internacional “Emisiones de gases de efecto invernadero y mitigación del cambio climático en los sistemas agrarios mediterráneos”, celebrada este mes en el Instituto Agronómico Mediterráneo (CIHEAM), en Zaragoza.

EL SECTOR, PAPEL CLAVE. La directora general defendió que la agricultura y la ganadería son parte importante de la solución al reto climático, ya que la producción primaria tiene un papel clave que desempeñar en el suministro de alimentos a los ciudadanos de una forma sostenible.

Esperanza Orellana analizó en el seminario el asunto de las emisiones de gases de efecto invernadero en ganadería y en agricultura, así como las medidas aplicadas en España para reducirlas.

En el caso de la ganadería, destacó la reducción del 2,7 % de las emisiones totales de NH3 (amoniaco) estimadas para 2021. Esa rebaja ha permitido no solo cumplir en ese ejercicio los compromisos nacionales de reducción de emisiones de amoniaco, sino casi duplicar el objetivo de reducción anual del 3 % de las emisiones de amoniaco con respecto a 2005.

MEJORES TÉCNICAS. La misma dirigente ministerial subrayó que ese logro se debe al trabajo de los ganaderos en la aplicación de las Mejores Técnicas Disponibles (MTD), ya que más del 89 % del censo ganadero ha notificado su aplicación.

Las MTD son técnicas para reducir las emisiones durante todas las etapas de la cría animal hasta su aplicación al campo del estiércol como nutriente esencial, e incluyen técnicas de alimentación, diseño de los alojamientos, almacenamiento y gestión de estiércoles, entre otras.

Están recogidas en los reales decreto de ordenación de los distintos sectores ganaderos y existe un registro individualizado de las MTD utilizadas por cada explotación en el sistema informático ECOGAN.

ASAJA, que también conoce y valora ese esfuerzo de nuestros ganaderos, siempre se ha mostrado consciente de los problemas presentes y futuros del cambio climático, que afectarán de forma significativa al desarrollo de los cultivos y al manejo y la productividad de los animales.

Por eso, nuestra organización se compromete en la promoción de prácticas que reduzcan la emisión de gases efecto invernadero, en la utilización eficiente de las fuentes de energía y del agua, y en contribuir en medidas de secuestro de carbono a través de cultivos y plantas forestales.

AGRICULTURA DE CARBONO. Esperanza Orellana se refirió también a las medidas puestas en marcha a través de la nueva PAC, en particular para aumentar las absorciones de carbono a través de las prácticas de agricultura de carbono que constituyen los ecorregímenes, así como para facilitar las inversiones en las explotaciones para reducir las emisiones, a través de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

En lo que respecta a la agricultura, hizo hincapié en la importancia de la nutrición sostenible de suelos agrícolas, cuyo objetivo es encontrar un equilibrio entre mejorar la productividad y minimizar los problemas medioambientales, racionalizando el uso de los fertilizantes, reduciendo el coste y el impacto ambiental de la fertilización./