La organización pide a las administraciones sensibilidad para frenar este problema que les hace perder mil euros al día
Asaja Palencia denuncia la situación de cuatro ganaderías de Palencia a las que desde el pasado 1 de marzo les dejaron de recoger la leche. En total son 6.000 litros diarios de producción, y desde hace 6 semanas los ganaderos se están viendo obligados a pagar un camión cisterna para que lleve la leche a más de 200 kilómetros, soportando el coste de transporte para entregar la leche a un precio simbólico de 15 céntimos que, descontado el porte, puede suponer un precio real de poco más de 10 céntimos el litro. Si tenemos en cuenta que los costes de producción de 1 litro de leche oscilan entre 24 y 30 céntimos -según los tipos de manejo-, cada día que pasa pierden del orden de 1.000 euros.
Desde que les comunicaron que en el mes de marzo no se harían cargo de la leche de sus explotaciones, los ganaderos afectados se han puesto en contacto con todas las empresas del sector lácteo de Castilla y León para intentar vender la leche a un precio digno, obteniendo siempre un “NO” por respuesta.
Igualmente han hecho participes del problema a la Junta de Castilla y León y su problemática ha sido puesta en conocimiento del Ministerio de Agricultura solicitando su mediación, ya que les corresponde resolver estos problemas, lo que no ha impedido que a través de la organización agraria a la que pertenecen se haya trasladado su problema a la Interprofesional Láctea.
El origen del problema hay que buscarle en la desaparición de las cuotas lácteas, que ha dejado a los ganaderos, en primer lugar, sin un patrimonio -pues tenía un valor en el mercado- que regulaba las producciones, y en el que habían invertido importantísimas cantidades de dinero, obligados por las decisiones políticas que se tomaban dentro del sector. Para poder dimensionar sus explotaciones y hacerlas más competitivas, los ganaderos han tenido que comprar cuota, a la cual desde el año pasado se la hizo desaparecer.
En Asaja venimos escuchando declaraciones de nuestros políticos, que consideran que, siempre que la leche se entregue a cualquier intermediario o industria, no hay ningún problema. Pero lo que no tienen en cuenta es que lo que están haciendo los ganaderos es regalarla, porque al precio que se la compran, es un regalo. Parece que solo es visible el problema si lo tiran a la calle y a las tierras, como están haciendo algunos compañeros en otras provincias.
En este momento no se consigue resolver un problema generado por la desaparición de las cuotas, lo que en principio se hizo para favorecer la competencia, pero lo único que ha logrado es transferir todo el poder a los compradores, quienes deciden cuándo y cómo quieren comprar, fijando precios abusivos por lo bajos que son.
La situación para estos ganaderos es desesperada, ya que se trata de un producto perecedero y urge darle salida, una condición de la que se aprovecha el comprador.
Por ello Asaja pide a la administración soluciones para que se recoja la leche o, en su defecto, que se arbitren medidas de apoyo a los ganaderos que no tengan a quien vender dignamente la leche y permitirles que, si no consiguen resolver el problema, puedan salir dignamente del sector.