El consumo de carburante agrícola en Palencia ha caído el 22,9% durante el primer semestre de este año con respecto al mismo periodo de 2022, la caída más acusada entre las provincias de Castilla y León, que ha registrado un descenso del 18%. Son datos que facilita la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES). El descenso del consumo de gasóleo para uso agroganadero en la comunidad contrasta con la mayor demanda que se observó en la primera mitad de 2023 en las estaciones de servicio de la comunidad tanto en la gasolina de 95 octanos (+6,4%) como en la de 98 (+3,4%), así como en el gasóleo A (+1,7%). En todo caso, las ventas de combustible en Castilla y León siguen por debajo de las que se registraban antes de la pandemia.

La notable bajada de consumo de carburante agrícola en la provincia de Palencia en el primer semestre de 2023 con respecto a ese mismo periodo en 2022 es un síntoma claro de la crisis que padece el campo palentino esta campaña, marcada por una sequía que ha desalentado emprender ciertos cultivos y labores, así como también algunas actividades ganaderas.

La caída, cinco puntos más alta que la que se registró a nivel regional, es la más acusada entre las provincias de Castilla y León,
según CORES. Los puntos de servicio de Palencia suministraron en la primera mitad del año algo más de 23.800 toneladas de gasóleo agrícola, mientras el pasado año se consumieron en ese semestre cerca de 31.000 toneladas.

Es decir, los profesionales agroganaderos de Palencia han usado cada mes unas mil doscientas toneladas menos de gasóleo B que en 2022. Y es que se lo han pensado muy bien antes de encender su maquinaria y de elevar aún más sus gastos en unos turbulentos tiempos marcados por la sequía, la inflación de los costes y unos precios insuficientes de venta de sus productos.

REPERCUSIÓN ECONÓMICA. Para ASAJA-Palencia este dato resulta elocuente de las repercusiones que tiene la crisis del sector agroganadero en otros sectores y en el conjunto de la economía provincial. Los problemas de rentabilidad de las explotaciones agrarias y ganaderas repercuten, más pronto que tarde, en otras actividades económicas de la provincia, con el consiguiente coste en términos empresariales y laborales.

Ciertamente, los datos de CORES reflejan el profundo retroceso de esta campaña marcada por la crisis del sector agroganadero no sólo en Palencia sino en el conjunto de Castilla y León. De enero a junio de 2023 se vendieron poco más de 265.000 toneladas de gasóleo B en toda la comunidad, un descenso del 18% respecto a 2022, que en cifras absolutas supone 58.000 toneladas menos.

En todas las provincias de la región se vio afectado, en mayor o menor medida, el repostaje de gasóleo agrario estos seis primeros meses de 2023 por la crisis del sector. El descenso con respecto al primer semestre de 2022 fue más elevado, y por encima del registrado en Castilla y León, en las provincias de Palencia (-23%), Soria (-22%), Segovia (-22%), Salamanca (-20%) y Ávila (-19%). En León la caída porcentual (-18%) fue similar al de toda la región, mientras fue algo más bajo en Valladolid y Burgos (ambas en el -17%), y sobre todo en Zamora (-7,5%)./