ASAJA valora que el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea debatiera ayer sobre la larga y dura crisis del vacuno de leche y que aprobase un paquete de medidas económicas, aunque por un montante a todas luces insuficiente. A falta de más información, ASAJA considera acertado promover un programa voluntario de reducción de la producción y echa en falta que esto no pudiera ser compatible con un “programa voluntario e incentivado de cese definitivo de la actividad” para aquellas explotaciones menos viables o a las que la industria láctea ha dejado de recoger la producción.
Respecto a los 350 millones de euros en ayudas a sectores en crisis, de los que a España corresponderán 14,6 millones, ASAJA exige al ministerio de Agricultura y a la Junta de Castilla y León que lo complementen con presupuesto propio hasta los límites permitidos por la Unión Europea, y que baraje atender también a otros sectores -además del lácteo de vaca, oveja y cabra- que están atravesando también una situación muy complicada, como son las granjas de conejos. En este sentido, ASAJA viene reclamando a la consejería de Agricultura, sin éxito, que aporte 6 millones de euros de presupuesto propio para atender las necesidades del sector lácteo, como ya se hizo en la crisis láctea de 2009.
ASAJA pide a Junta y ministerio de Agricultura que firmen un convenio con la banca comercial para dar préstamos al sector lácteo, fuertemente descapitalizado, y que subvencionen en todo o en gran parte los costes financieros. Sin financiación externa, muchas explotaciones, que ya llevan meses retrasando pagos a proveedores, irán cerrando en un goteo constante, y lo que es más grave, una gran parte de las que peor están aguantando, son las mejor dimensionadas, y hasta ahora en teoría más competitivas.
Aunque el problema es general en toda Europa, ASAJA considera que los ganaderos españoles, y por extensión los de Castilla y León, son de los más desprotegidos de toda Europa en sus relaciones con la industria láctea y con la distribución, a pesar del esfuerzo del Gobierno en los últimos años promulgando una normativa sobre la cadena alimentaria pionera, pero por ahora poco efectiva. Además, no existen mecanismos para identificar el origen de la leche que se produce en nuestro país, y el consumidor no se implica lo suficiente con los productos locales. Así, al problema de los bajos precios, se suma el abuso de ciertas industrias y operadores lácteos que llevan varios meses comprando leche por debajo de los veinte céntimos de euro el litro, lo que provoca distorsión y competencia desleal en el mercado. Esta práctica, en opinión de ASAJA, no debería de estar permitida.
ASAJA hace un nuevo llamamiento al Gobierno, a la Junta de Castilla y León, a la industria láctea, a la gran distribución alimentaria, y a todos los actores que intervienen en la cadena de valor de la leche, para poner en marcha todas las medidas posibles que en su conjunto permitan sortear esta crisis y devolver la tranquilidad a un sector que es de capital importancia en el desarrollo socioeconómico de Castilla y León.