ASAJA-Palencia ha tramitado en los últimos meses algo más de tres mil solicitudes únicas de ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) para 2023, lo que representa más de la mitad (51%) de las que 5.871 que se han presentado en esta provincia. Nuestra organización profesional se ratifica un año más como la primera entidad colaboradora de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León en esta tramitación por lo que se refiere al campo palentino.

Esas más de tres mil solicitudes de la PAC constituyen un éxito en un contexto de paulatina reducción que se viene registrando en la provincia de Palencia, al igual que en el conjunto de Castilla y León, en la cifra total de peticiones que se plantean.

En concreto, las 5.871 solicitudes en esta provincia suponen el 3,2% menos que en 2022 (año en el que se formularon 6.065 solicitudes), retroceso ligeramente más bajo que el registrado en el conjunto de la comunidad (-3,6%), donde se han cumplimentado 65.543 solicitudes, frente a las cerca de 68.000 de la anterior PAC.

No sobra recordar que hace apenas quince años se rondaban las cien mil solicitudes en el conjunto de Castilla y León, lo que da idea de esa tendencia inversa en el volumen general de peticiones tramitadas.

GRATITUD EN DOS DIRECCIONES. La directiva de ASAJA-Palencia, con su presidente José Luis Marcos al frente, quiere agradecer a los profesionales agroganaderos de la provincia de Palencia la masiva confianza que demuestran en nuestra organización para esta tramitación, así como al personal de la entidad por el trabajo desarrollado, a lo largo del primer semestre del año, para tramitar esta primera PAC del periodo 2023-2007. Aunque la tramitación comenzó efectivamente el 1 de marzo, desde mucho antes se trabaja en recabar información y en documentarse para ofrecer un servicio lo más completo y riguroso posible.

Este proceso ha resultado extraordinariamente complejo, tanto por las numerosas dudas y lagunas que la nueva PAC presenta (algunas aún sin despejar actualmente por parte de las administraciones públicas), como por la sequía y la guerra en Ucrania, que han generado modificaciones y excepciones con la campaña ya en marcha.

El estudio, la formación y el conocimiento previos, unidos al trabajo y a la interpretación de la normativa por parte de la plantilla multidisciplinar de ASAJA-Palencia, que se reforzó para la campaña de la PAC, han permitido completar con éxito esas más de tres mil solicitudes de un primer año lleno de novedades e incidencias.

Ese proceso se ha desarrollado además en un contexto de burocracia redoblada, en muchos supuestos inédita, sin reparar en que todos y cada uno de aspectos que van recogidos «en los papeles» —por muy digitales que ahora sean esos papeles— deben tener su correlato en las prácticas agronómicas de los profesionales del campo, lo que les acarrea no pocos problemas, molestias y quebraderos de cabeza, pues a menudo la normativa se plantea en unos despachos muy alejados, física y mentalmente, de la realidad de la agricultura y la ganadería de nuestra provincia.

AGILIZACIÓN. Las solicitudes presentadas se hallan ahora pasando los diferentes filtros de la administración, un proceso para el que ASAJA-Palencia reclama la mayor agilización posible, resolviéndose las posibles incidencias y trámites con rapidez y flexibilidad, habida cuenta de la complejidad burocrática y de una campaña marcada por la sequía, en la que los profesionales del campo se han visto obligados a reaccionar y cambiar planes ante un panorama adverso.

En ese sentido, los agricultores y ganaderos necesitan que los anticipos se abonen cuanto antes, porque esos ingresos pueden resultar un bálsamo que palíe los perjuicios de una mala campaña —donde la sequía se ha unido a otras adversidades— y poder así afrontar los gastos de mantener las explotaciones.

PAPEL INDISPENSABLE. ASAJA-Palencia quiere destacar, finalmente, el papel indispensable de las organizaciones profesionales tanto en su apoyo al sector agroganadero en esa ingrata y creciente tramitación burocrática como en su labor solidaria con las administraciones públicas, ofreciendo servicios y atenciones que, de otro modo, tendría que presta de manera directa, con el consiguiente perjuicio para todas las partes.

Como reiteradamente denuncia nuestro presidente regional, Donaciano Dujo, hay que recordar más que nunca que la Junta de Castilla y León lleva incumpliendo años la Ley Agraria de 2014, donde se exige el reconocimiento de las organizaciones profesionales agrarias como entidades colaboradoras del sector, como vienen ejerciendo de facto.

Lejos de ese reconocimiento al que obliga la ley, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha rebajado el 30% este 2023 las ayudas institucionales a las organizaciones del sector, recorte que se une a las escasas facilidades que la Junta da para una interlocución fluida con unas entidades representativas de los profesionales del campo, elegidas democráticamente en las urnas./