Cualquiera puede entrar en la web de la Agencia Tributaria y encontrar lo que se conoce como “Calendario del Contribuyente”. Hacienda ha repartido en el año todos los trámites que los contribuyentes tenemos que hacer, que no son pocos, y de forma ordenada vamos presentando los modelos que nos corresponden. Esto, que puede parecer baladí, es de suma importancia porque se regula el trabajo de los funcionarios pero mucho más importante para nosotros es que conocemos las fechas en que tenemos que realizar los trámites y que el personal de ASAJA sabe a qué se va a enfrentar en cada momento.
Podría pensarse que esto que expongo es una ventaja de la centralización, y así es, como la Agencia Tributaria no tiene que coordinarse con nadie se impone un calendario y lo sigue a rajatabla haciendo que el sistema funcione como un reloj suizo. Pero ¿hay otras Administraciones que hayan sido capaces de lograr este hito? Y más difícil todavía, ¿serían capaces varios entes públicos de ponerse de acuerdo y consensuar un calendario que abarcara las tramitaciones de uno y otro?
Desgraciadamente, en lo que conozco la respuesta es rotundamente no. Ahora mismo estamos terminando el plazo de la Solicitud Única (PAC) y el plazo ha coincidido en su totalidad con el de las líneas de modernización. Son dos tramitaciones muy complejas y el personal que nos atiende en las oficinas está altamente especializado tanto en un tema como en el otro pero el tiempo es finito, no da para tanto.
Esto, que parece una obviedad para todos nosotros no lo ha sido para la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Rural, la cual ha solapado ambos plazos aún a sabiendas de que las líneas de modernización tendrían este año una altísima demanda. Esto no es nuevo, son varios los años en que estos plazos llevan coincidiendo y tendría fácil solución, pero hay que querer solucionarlo. Otros años nos quejamos y nos aguantamos pero lo de este año no tiene nombre y hubiera sido difícil hacerlo peor.
Salvo los seguros agrarios, que disponen también de su correspondiente calendario, la única tramitación que tiene fecha cuando nuestros técnicos planifican el año es la PAC. El resto de la agenda está vacío y los plazos van surgiendo como champiñones y, de repente, se encuentran con semanas de la agenda vacías y otras donde no cabe una anotación más. No hay derecho a tener que soportar una situación como ésta.
Para más INRI, cuando hemos solicitado una tramitación simplificada de los expedientes de modernización no nos han hecho ni caso y, dado el exiguo presupuesto que han dedicado, nada proporcional al bombo y platillo con que lo han anunciado, van a ser cientos de expedientes los que se van a quedar sin su ansiada ayuda. ¿Y qué ocurre en el camino? Pues que a nuestros técnicos les ha costado varias horas tramitar un expediente de modernización y la Junta en dos minutos va a desestimarlo si no tiene una puntuación muy alta. Un auténtico despropósito que muestra la ineficiencia e inoperancia de la Junta.
El sector agrario ya tiene una burocracia suficientemente desproporcionada como para que además se provoque un amontonamiento de trámites que no beneficia a nadie y sí perjudica a nuestro personal, el cual está ahí para ayudarnos, no para ser un juguete en manos de la Administración.
Se va un consejero y viene otro, decimos adiós a Jesús Julio Carnero y hola a Gerardo Dueñas. Veremos si el consejero entrante pone cartas en este asunto y enmienda lo que su predecesor y sus subordinados no han resuelto, será por el bien de todos y debería costar muy poco. Si además el calendario se coordina con el Ministerio ya sería la bomba pero parece algo utópico poner de acuerdo a diecisiete más uno. De todos modos en Castilla y León bien se podía dar ejemplo en este tema, seríamos la envidia del sector agrario español.