VI CONGRESO REGIONAL DE ASAJA DE CASTILLA Y LEON

Intervención de José Antonio Turrado. Secretario general.

VI CONGRESO REGIONAL DE ASAJA DE CASTILLA Y LEON

Salamanca, 10 de septiembre de 2004.

Intervención de José Antonio Turrado. Secretario general.

 

Hace ahora cuatro años, coincidiendo con nuestro quinto Congreso regional, anunciábamos movilizaciones junto a otras OPAS para exigir soluciones a los elevados precios del gasóleo, precisamente uno de los problemas más importantes que también tenemos ahora cuatro años después. En aquel momento no solucionamos los problemas, pero el acuerdo al que ASAJA llegó con el Gobierno ha supuesto una importante inyección económica para el sector en el caso de las explotaciones acogidas al sistema de módulos y el régimen especial agrario del IVA. Esto fue también una prueba de la línea de ASAJA: reivindicar, estar en la calle, pero llegar a acuerdos que sean buenos para el sector cuando las negociaciones son posibles y lo permiten. No nos interesa la confrontación por la confrontación, nos interesa la confrontación para llegar al diálogo y al acuerdo.

Hemos sido reiteradamente beligerantes contra la política del gobierno regional en materia de dotación económica y gestión de las ayudas agroambientales, de las ayudas de modernización de explotaciones, de las ayudas de indemnización compensatoria de zonas desfavorecidas, de las ayudas al cese anticipado, y muy particularmente de las ayudas a la incorporación de jóvenes al campo. Cuatro años en los que estos temas han estado cada día sobre nuestra mesa, con los problemas puntuales de nuestros socios, exigiendo en las mesas de negociación y protestando en la calle y en los medios de comunicación.

ASAJA de Castilla y León ha tenido que afrontar dos crisis sanitarias de primera envergadura que han causado no pocas pérdidas económicas y dolores de cabeza a nuestro ganaderos. Nos referimos sobre todo a la enfermedad de las vacas locas, y en menor medida a las restricciones al movimiento de ganado por focos de aftosa y peste porcina, aunque dichos focos afortunadamente estuvieron lejos de nuestra región. No estamos satisfechos de lo conseguido, pero la negociación y la presión en la calle de ASAJA han sido decisivas para paliar en parte el grave problema que se creó. No olvidemos las muchas consecuencias derivadas de estas crisis, como por ejemplo que se instauró a raíz de todo esto un sistema de recogida de cadáveres en las explotaciones que hoy, y salvo para el porcino, está generalizado en toda la región.

Nos ha tocado la reforma de la OCM del ovino, no han faltado amenazas a la OCM de la remolacha hasta llegar a la nefasta comunicación de la Comisión que tenemos ahora encima de la mesa, pero el asunto principal en materia de política agrícola común ha sido la aprobación de la reforma de la PAC, con todo un sistema revolucionario de reparto de las ayudas del que el Estado español no ha dicho la última palabra. ASAJA ha sido muy crítica con esta reforma por ser desincentivadora de la producción, por aplicar una modulación injusta, por congelar o recortar el gasto agrícola, y por las exigencias en materia de bienestar animal y medio ambiente. Y ahora estamos destinando todos nuestros esfuerzos para que dicha PAC se aplique bajo la fórmula que más beneficie a nuestros agricultores profesionales: la del desacoplamiento total.

Hemos vivido crisis de precios sonadas, como sonadas han sido las movilizaciones y actos de protesta que por ello hemos convocado. Me estoy refiriendo al sector lácteo, a las patatas, a los lechones, o a la carne de vacuno. Otros sectores más en alza como el viñedo, no exentos de problemas, han vivido un despegue fruto en parte de un plan de reconversión y reestructuración que ASAJA ha apoyado, ha contribuido a mejorarlo, y ha hecho un trabajo encomiable con todos sus Técnicos en las diferentes provincias para dar un servicio que el sector demandaba.

La política hidráulica ha sido objetivo constante en ASAJA. Nuestro empeño en que saliese adelante tanto el Plan Hidrológico como el Plan de Regadíos no nos hace estar ahora satisfechos cuando el nuevo Gobierno los cuestiona, cuando le vemos deficiencias en la financiación de las obras, y cuando su cumplimiento va cuando menos a retrasarse. Otros temas, que no son menores para quien le afectan, se han abordado reiteradamente en el organismo de cuenca que lleva los temas del agua: limpieza de cauces, legalización de sondeos, aprovechamiento de acuíferos.

Con la Consejería de Medio Ambiente no logramos sintonizar. Han sido patentes nuestras quejas y protestas por los daños de los animales salvajes, por exigir la legalización de las granjas en cascos urbanos, por desarrollar ayudas agroambientales, o simplemente por oponernos a tantas y tantas trabas que bajo la bandera de la ecología limitan cada día nuestra actividad económica.

Hemos abordado cuestiones fiscales en las que consideramos que hemos tenido éxitos claros, y a punto estuvimos de concluir un acuerdo global sobre la Seguridad Social Agraria que no cerró el anterior Gobierno y que no ha querido por ahora retomar el actual.

Afrontamos un proceso a elecciones a Cámaras Agrarias en el que fuimos a mi entender injustamente castigados por los electores, y del que seguro todos sacamos no pocas conclusiones. Hemos hecho un gran esfuerzo en participar en el desarrollo de denominaciones de origen y otras figuras de calidad, y hoy ASAJA es una organización más fuerte y consolidada que hace cuatro años, y lo es en las nueve provincias de la región. Hemos superado situaciones de crisis en alguna provincia, y hoy somos sin duda la organización de Castilla y León más unida, con mejor estructura territorial, y la más preparada para dar soluciones a los asociados en el campo de la reivindicación y de los servicios. Hemos defendido nuestro papel como interlocutores sociales en materia de política agrícola, ganadera y de desarrollo rural, y nos hemos opuesto a que el mundo cooperativo usurpe nuestras competencias, a la vez que se olvida a menudo de las que le son propias: transformar y comercializar nuestros productos dejando en el sector el valor añadido.

ASAJA ha estado abierta a la negociación con la Junta de Castilla y León, con la que hemos sido constructivamente críticos, y hemos criticado determinadas políticas del gobierno central en la etapa del Partido Popular, como fue la Ley de Arrendamientos Rústicos. Hemos tratado de cuidar nuestras relaciones con la oposición política, especialmente con el PSOE con el cual hemos llegado a acuerdos en materia de política agraria en esta región, y nos brindamos a tener esa misma relación con el PP ahora que no tiene el poder central. Y hemos tratado de cuidar las relaciones interprofesionales con una agroindustria que no siempre nos lo pone fácil. Relaciones interprofesionales que han sido especialmente intensas y difíciles en el proceso de reestructuración del sector remolachero azucarero que ha conllevado el cierre de fábricas.

En estos cuatro años, ASAJA de Castilla y León ha tratado de servir con dignidad al sector. Un trabajo de equipo en el que se ha contado con toda la Junta Directiva integrada por los presidentes de cada una de las provincias, se ha contado con nuestro equipo de técnicos tanto de la oficina regional como de todas y cada una de las provincias, y se ha afianzado la figura de nuestro presidente regional como un líder agrario sólido, con personalidad, con conocimientos, y sobre todo comprometido con la causa de los miles y miles de agricultores y ganaderos de esta región.

En nuestro quinto congreso regional recordábamos emotivamente al fallecido Manuel San Gil, ejemplo humano y profesional a seguir que hoy sigue estando en nuestra memoria. Y por desgracia, esta vez tampoco está entre nosotros otro defensor de los hombres y mujeres del campo: Vicente Giménez Dávila. El mundo remolachero, y todos los que aquí estamos reunidos, te rendimos homenaje, como se lo rendimos a otros compañeros fallecidos, menos conocidos, pero que han luchado por defender el campo y las siglas de nuestra organización.

No he querido presentar un balance, pues lo que he pretendido es recordar someramente el trabajo y esfuerzo de nuestra organización regional y de las nueve organizaciones provinciales, a favor de la agricultura y la ganadería en los últimos cuatro años. Sin triunfalismo ninguno, hemos cumplido nuestro cometido, hemos hecho lo que hemos podido, y desde luego las cosas serían mucho peor para el sector sin organizaciones como la nuestra. Ahora toca abrir una nueva etapa en la que no podemos bajar la guardia, y a buen seguro, con el esfuerzo de todos conseguiremos grandes éxitos.