El selecto grupo que reúne a los Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, India, Australia y Japón, ha decidido suspender las negociaciones en el seno de la Ronda del Desarrollo de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
FRACASO EN LA OMC
Las negociaciones se suspenden
El selecto grupo que reúne a los Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, India, Australia y Japón, ha decidido suspender las negociaciones en el seno de la Ronda del Desarrollo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) al no alcanzar a acercar las posturas en los aspectos fundamentales; reducción de la ayuda interna, paralelismo en la eliminación de las ayudas a la exportación y niveles de reducción arancelaria en agricultura, ni en el acceso al mercado de productos industriales.
Previsiblemente, las negociaciones no se reanudarán hasta pasadas las elecciones al Congreso en EE.UU. y la concesión de parte de los congresistas norteamericanos de la autorización a su Secretario de Estado para negociar en la OMC. Tampoco hay que olvidar que el año próximo, Estados Unidos debe reformar su Ley Agraria. Por tanto, las reuniones en la OMC se demorarán varios meses, sino años.
Es difícil hacer valoraciones sobre este fracaso. Por una parte, existía en el sector agrario europeo el temor a que el comisario Mandelson realizara mayores concesiones, fundamentalmente en el acceso al mercado agrícola, si alguna de las partes negociadoras hacía algún gesto en materia de liberalización en el comercio de productos industriales.
Por tanto, esta falta de acuerdo podría suponer un cierto alivio. En cualquier caso, debería servirnos para recordar al negociador comunitario el mandato dado por el Consejo, y que consiste, ni más ni menos, en que los compromisos de la OMC nunca deben rebasar los esfuerzos ya realizados por los agricultores europeos tras la aprobación de la reforma de la PAC de 2003.
De hecho, Mandelson ya realizó una oferta en abril que iba más allá de la aprobada en octubre de 2005, acercándose peligrosamente a las exigencias de los principales países exportadores (G-20) que supondrían una importantísima pérdida de renta de los agricultores europeos, según reconoció la propia comisaria de Agricultura, Fischer Boel.
Por otra parte
, la Unión Europea debería reflexionar sobre su estrategia negociadora, mostrando las cartas antes de sentarse a jugar. De hecho, ya pudimos comprobar en Hong Kong que el resto de los países miembros de la OMC no tenían en cuenta que la Unión Europea ya había reformado su política agraria, desligando los pagos compensatorios del producto, mientras que los norteamericanos incrementaban sustancialmente las ayudas directas a sus agricultores.
Mientras que Europa, principal importador de productos agrarios procedentes de países en desarrollo, abre sus mercados sin límites ni aranceles a los países más pobres del Planeta, dentro y fuera de la UE, se nos acusa de proteccionista. La Comisión propuso eliminar todo tipo de subvenciones a la exportación en 2013.
Ni Estados Unidos ni otros países aceptaron realizar actuaciones paralelas en sus créditos a la exportación, ni a controlar su abuso en la práctica de la ayuda alimentaria o poner freno a las empresas comerciales de Estado, verdaderos monopolios de importación y exportación.
La Unión Europea hizo una oferta
condicionada, es decir, que las concesiones que Europa estaba dispuesta a realizar deberían verse correspondidas por el resto de países, en especial los más industrializados. Esto no ha sucedido hasta la fecha. Es más, algunas potencias agrícolas pretenden acogerse a las excepciones y beneficios que se ofrecen a los países en desarrollo para ampliar sus exportaciones hacia Europa.
La experiencia de reuniones anteriores nos indica que cuando se produzca la reanudación de las negociaciones, estos países van a exigir aún más que hoy. Y también nos dice que las presiones internas en la propia UE. se van a incrementar.
Por tanto, es necesario aprovechar estos meses para que la Comisión se replantee su estrategia, refuerce su unidad interna, se mantenga dentro de los límites del mandato del Consejo Europeo sin dar un paso más allá, que busque alianzas entre otros países miembros de la OMC, en especial los países en desarrollo, y valorice la imagen del modelo europeo de agricultura.
En estos tiempos difíciles ASAJA seguirá defendiendo el futuro de los agricultores, como siempre, con profesionalidad y responsabilidad.