En plena campaña de recolección de los cereales en nuestra provincia, el mercado se ha vuelto convulso debido a la situación internacional de los precios del grano y a la competencia siempre bienvenida de una multinacional que acaba de asentarse aquí. Los analistas internacionales de mercados de materias primas nos recuerdan cada día que estamos ante una cosecha mundial escasa, que no hay reservas relevantes, que hay una cierta prisa por aprovisionarse por parte de los países deficitarios, y que en un mercado mundial marcado por la oferta y la demanda, la tendencia lógica es la de subida de las cotizaciones. Y así está siendo desde hace al menos dos meses, donde la cotizaciones mundiales del trigo y otros cereales, siempre próximas en los 150 euros por tonelada, han sobrepasado ya la barrera de los 220 euros para entregas en el mes de septiembre. Pronto o tarde los mercados locales, es decir, el comercio minorista, el que compra al agricultor, tendrá que adaptarse a esta nueva coyuntura de precios y pagar los cereales por lo que valen, aunque quizás muchos agricultores no podrán esperar y será el intermediario el que se beneficie obteniendo un mayor margen. Esta subida de los cereales es casi tan buena noticia como la existencia de una buena cosecha, pero que nadie se engañe, no estamos ante una situación de bonanza, estamos ante una situación en la que se podría hablar de obtener unos justos y merecidos beneficios que con cotizaciones de hace unos meses no se obtenía. Porque, unos precios del grano de 180 o 200 euros por tonelada, es la misma horquilla de las 30 ó 33 pesetas el kilo que ya percibía el sector hace más de treinta años. Y lo malo es que esta mejor situación internacional de los precios no responde a una política de estabilidad de los mercados, responde simplemente a una coyuntura en la que una gran parte del mundo ha sufrido inclemencias climáticas que han reducido las producciones. Ahora habrá que ver si esto se mantiene cuando cosechemos el maíz, que es donde la provincia de León se juega los cuartos.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 10 de agosto de 2018