La apertura del último tramo entre Zamora y Benavente, de la autovía Ruta de la Plata que une Gijón con Sevilla, atravesando de norte a sur nuestra provincia, es una buena noticia también para los leoneses.
Ruta de la Plata
La apertura del último tramo entre Zamora y Benavente, de la autovía Ruta de la Plata que une Gijón con Sevilla, atravesando de norte a sur nuestra provincia, es una buena noticia también para los leoneses. Se concluye así una gran obra de ingeniería que articula el territorio y que permite las comunicaciones sin pasar por el kilómetro cero de Madrid. Una infraestructura demandada durante décadas que se ha ejecutado bajo distintos gobiernos de las dos fuerzas políticas que han gobernado España en las últimas décadas. Se atribuya los méritos quién se los atribuya, y haya coincidido o no con campaña electoral, lo cierto es que la noticia no ha tenido el alcance merecido y mucho menos en la provincia más beneficiada, que sin duda es la vecina Zamora, donde lo que más se ha leído en los últimos días ha sido criticas. No sé si los leoneses vamos mucho o poco a Portugal, pero esta vía nos conecta con el país vecino, con su capital Lisboa, y esta vía nos conecta con el suroste de España, con unas playas de Cádiz y de Huelva a las que se llega en un viaje cómodo sin las sorpresas de los atascos de otros destinos que obligan a cruzar Madrid. Pero es más, incluso en clave leonesista, para quienes defienden la idea política de una autonomía del viejo Reino de León, esta autovía nos interconecta como ninguna otra infraestructura para estrechar nuestros lazos en lo social, en lo económico, lo político y lo cultural. Eran pocos los kilómetros que faltaban por completar, los que separan Benavente de Zamora, pero suficientes para suponer un engorro a quienes están acostumbrados a las autovías que optaban, como ruta hacia Salamanca, por bajar por la A6 hasta Tordesillas.
Esta buena noticia debe de ser motivo para recordar al Gobierno las dos grandes deudas que tiene con Castilla y León en materia de autovías: enlazar Valladolid con Soria y Valladolid con León. Eso completaría el mapa en necesidades de vías de comunicación rápida, aunque es cierto que hay otros proyectos interesantes aparcados, y es cierto que muchas carreteras secundarias están destrozadas por no haberles echado una mano en los últimos años.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 15 de mayo de 2015.