El renacer del oficio de resinero se ha vendido en los medios de comunicación de nuestra provincia como una oportunidad de generar riqueza y empleo explotando nuestros bosques de pinos. La Diputación y la UNED han diseñado una formación para los resineros de la que ahora presumen porque dicen fomenta el emprendimiento, aunque digo yo que lo que hay que fomentar es extraer el mayor volumen de producto con el mínimo trabajo e inversión. Siento ir a la contra, pero creo que en el bosque no hay casi nada rentable, salvo que te hagan guarda y te paguen sueldo fijo de funcionario todos los meses. Digo que no hay nada rentable porque la madera suele valer menos de lo que cuesta cortarla, acondicionarla y transportarla hasta la planta procesadora. Los recursos micológicos son añeros, y aunque pueden parecer bien pagados, no lo es tal si dividimos los ingresos entre el número de horas que le hay que echar para recoger algo digno de comercializar con ánimo de lucro. La resina no es nada distinto, pues para conseguir un sueldo digno, y dejémoslo en el SMI más la cotización a la Seguridad Social y el equivalente a un mes de vacaciones, hay que deslomarse y hacer más horas que un sereno de los de antes. Para vivir de la resina hay que trabajar mucho, con temperaturas extremas, en bosques en los que uno se mueve con dificultad y donde la mecanización es muy escasa, y además hay que arriesgar. Hay que arriesgar porque no se negocia el precio de la resina, te lo imponen, y las garantías de cobrar dependen de la solvencia de la empresa comercializadora y a veces no es mucha. Me temo que, con formación de la Diputación o sin ella, con ayudas de la Diputación o sin ellas, las vocaciones de resinero serán muy escasas y los que continúen el oficio pasado unos años, menos todavía, porque a la mínima oportunidad, el resinero elegirá otros oficios menos penosos y mejor remunerados, que los hay. Mucho mejor apuntarse al plan de empleo de los ayuntamientos, que te pagan hagas mucho o hagas poco, y cotizan por ti a la Seguridad Social. Los resineros lo saben.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes12 de agosto de 2022.