Rememorar el 28 de febrero, para los agricultores y ganaderos, es traer a la mente el éxito de la gran manifestación que protagonizamos con nuestros tractores por las calles de León hace ahora un año. Independientemente de sus resultados, que deberían de valorarse por los éxitos en la política agraria y consecuencia de ello en el bienestar de nuestros conciudadanos agricultores, la manifestación fue un ejemplo de unidad y lucha por un objetivo común por parte de un colectivo casi siempre olvidado. Supongo que nadie se imaginará que ese acto surgió por generación espontánea, o que ponerse de acuerdo asociaciones distintas es tarea siempre fácil, y por el contrario la mayoría comprenderá que el entendimiento llegó porque las partes que se sentaban en la mesa se respetaban mutuamente, y que hubo cesiones sobre todo por quién debía de ser más generoso. Un año después, convocar una protesta como la de entonces, contando con todos los actores implicados, y hacerlo bajo la misma pancarta, es imposible, y eso debido a que la Diputación de León, que gobiernan el PSOE y la UPL, ha provocado un desencuentro entre la organización mayoritaria y la segunda en el escalafón, con heridas que tardarán años en cicatrizar. Una vez más la política ha intervenido para jorobarlo todo, para crear problemas en vez de solucionarlos, para desunir un sector, el agrario, que es de los más organizados que hay en nuestra provincia, y en este caso para pagar favores políticos a quién los reclama sin otro mérito que sumar aritméticamente para una mayoría de gobierno. Lamentablemente el PSOE y la UPL han aprovechado su presencia institucional en la Diputación de León para favorecer a unas organizaciones en detrimento de otras, para legitimar con el presupuesto público a quién no lo ha conseguido con la afiliación profesional voluntaria y darle una relevancia que le han negado las bases sociales de agricultores y ganaderos. Todo lo que Diputación había hecho a favor del asociacionismo agrario, durante décadas, lo ha arruinado en un solo Pleno, ese en el que decidió establecer dos bandos.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 26 de febrero de 2021.