Supongo que si no hubiera bastante dinero de por medio, los vecinos de la Sequeda y Maragatería, en los municipios de Valderrey y Santiago Millas, se levantarían en armas contra los dos parques fotovoltaicos en su territorio que salieron a información pública en el Boletín Oficial de la Provincia del pasado martes. Supongo que a nadie le apetece levantarse cada mañana y al abrir la ventana tener en frente decenas de hectáreas de espejos mirando al cielo, y que cuando salgas a pasear al campo no veas otra cosa que recintos vallados con cientos de miles de metros cuadrados de estos artefactos que producen electricidad. Dudo que nadie pueda convencer de las bondades de la vida en los pueblos si en vez de vistas al Teleno y a montes y cultivos cuidados, lo que promocionamos son parques temáticos de eso que ahora llaman energía sostenible. Quedémonos con los nombres de “Somoza Solar” y de “Maragato Solar 1” que con setecientas hectáreas de placas, algunas lindando con las casas del pueblo, que van a transformar el paisaje urbano y rural de estos pueblos haciéndolos feos cuando no lo eran, y van a echar para siembre de las tierras de cultivo a unos agricultores que todavía se aferran a dar sentido a la producción de alimentos y al respeto al medio ambiente. Las empresas promotoras darán dinero a los propietarios, pequeños propietarios a los que no van a sacar de pobres o que no van a ser más ricos si ya lo eran, y que en su inmensa mayoría ya no viven en el pueblo y muchos de ellos no se acercan ni el día de la fiesta patronal. Algún aguinaldo caerá a unas juntas vecinales que también son propietarias, y mucho llegará a los ayuntamientos aunque nada más sea por las licencias de obras. Pero no llegará empleo, que es lo importante, no llegará ni un solo puesto de trabajo, salvo que todos los cargos locales, incluida oposición, se pongan un sueldo generoso con un dinero que no van a saber qué hacer con el. O quizás sí saben qué hacer con el, y eso es lo más grave y peligroso de estas operaciones que surgen como setas. Setas de vidrio, acero y hormigón.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 9 de abril de 2021.