Con el estudio sobre los siete primeros meses del año, que coincidieron con los más duros de la pandemia del COVID19, la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca ha publicado las cifras de la exportación con crecimiento del 19 por ciento en volumen y el 31 por ciento en valor respecto al mismo periodo del año anterior. Es francamente espectacular y no es noticia porque las noticias buenas no son noticias. El sector estima que si nada se tuerce, las exportaciones del año 2020 pueden alcanzar el record de 8.000 millones de euros, únicamente superados en el sector agroalimentario español por las frutas y las hortalizas. Pero el sector no solo sortea la crisis del Covid 19, ha sorteado también, por ahora, su propio virus, el de la Peste Porcina, que trae loco al sector y a las administraciones públicas en medio mundo. Por desgracia esta pujanza del sector no tiene el peso debido en nuestros territorios, pues la provincia de León es poco relevante y Castilla y León apenas aporta el 6% de esos magníficos datos. Este momento dulce que vive el sector, y digo dulce porque las cosas funcionan y no porque sea un chollo, está sirviendo también para la ampliación y modernización de la industria de procesado, y hasta para que estas industrias mejoren sensiblemente sus relaciones con los trabajadores en aspectos como la eliminación de la figura del falso autónomo. Con todo, la ganadería intensiva, por mucho que aporte riqueza, empleo, y ahora también divisas, seguirá estando mal vista por una parte de la sociedad que se ha quedado anclada en el pasado y quiere, eso sí para otros, el modelo ganadero del siglo veinte. Un modelo muy bucólico, pero a la vez que esclavo y poco competitivo, y si se quiere poco sostenible por usar un vocablo tan en boga. Esta corriente de rechazo, a la que a veces se suman los políticos legislando con una batería de obstáculos, puede poner freno a una de las pocas políticas que funcionan para llevar alternativas a ciertos territorios rurales, también en la provincia de León, que sobrados no estamos.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 2 de octubre de 2020.