Cuando estoy escribiendo esta opinión desconozco el desenlace de las protestas de agricultores, en forma de tractoradas, que han recorrido en los últimos días toda Francia concluyendo con un bloqueo a la ciudad de París. En primer lugar, decir que no ha sido todo el campo francés unido, por si alguien siente envidia de la unidad del sector primario en ese país, pues los convocantes son dos organizaciones, en realidad una, que siendo cierto que mayoritaria, representan el cincuenta y cinco por ciento. Las otras dos organizaciones profesionales, escoradas más a la izquierda, no han convocado ni se les ha visto en las protestas. En segundo lugar, decir que el éxito de la protesta, entendiendo por éxito la repercusión mediática, no se ha conseguido por eso de que sean unos tipos y tipas muy “cojonudos”, sino porque se han convocado desde el sector vertebrado, desde el sector organizado en asociaciones profesionales con amplia afiliación, mucha historia detrás, con unos cuadros envidiables, y con unas fuentes de financiación públicas y privadas a la altura de esas necesidades. Vamos, lo que quiero decir es que esas protestas no son fruto de la improvisación, no son hijas del WhatsApp, y que en ellas no tienen cabida los espontáneos, ni los renegados que llegan de otros sitios, ni los que quieren aprovecharse de las gentes de buena fe, ni los que cumplen encargos de los partidos políticos. Como buen afrancesado que soy, y como sindicalista agrario que siempre bebo de las fuentes del mejor sindicalismo agrario francés, soy el primero en felicitarles por el éxito sindical en estas protestas. No les felicitaré por los resultados, que a estas alturas desconozco, pero puedo asegurar que serán escasos, muy escasos para el ruido que han metido y la expectación que han levantado. Les felicito por haber demostrado que tienen fuerza y que están bien organizados, les felicito por tener organizaciones potentes, y estoy convencido que esa fuerza la van a utilizar para bien en ese futuro próximo en el que seguramente las cosas en el campo se pondrán peor.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 2 de febrero de 2024.