Si el Gobierno viene a León a anunciar inversiones en regadío, aunque lo haga en precampaña electoral, no deja de ser una buena noticia. Al anuncio se ha sumado el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, atribuyéndose el mérito, cuando todos sabemos que es un político nefasto que no se gana el sueldazo que cobra gestionando sus propias competencias, y por lo tanto mucho menos cuando se trata de gestionar otras, como las del regadío, a las que no está obligado y a las que se ha arrimado solo por conveniencia. Otros sindicalistas agrarios de medio pelo también se han atribuido el mérito de ser los conseguidores del dinero, y yo lo que pienso es que su “mérito” ha sido no haber trabajado, desde sus competencias, para que este proyecto estuviera ya harto ejecutado y dando sus frutos. Como quiera que sea, el anuncio político, que repito, bien está, tiene que llegar acompañado de la firma del convenio, para la licitación de la obra, en el que han de intervenir el Estado, la Junta de Castilla y León y la Comunidad de Regantes del Canal Bajo del Bierzo. Y esto es así porque la Junta tiene que poner dinero contante y sonante, la comunidad de regantes tiene que poner dinero en efectivo que lo sacará de un préstamo con la banca privada pagando los intereses del momento, y el Estado, a través de SEISA, pondrá su parte, de la cual la mitad, recuperará de los regantes entre el año 26 y 50 después de la entrega de la obra sin sumar intereses ni depreciaciones. Firmar el convenio tendrá lo suyo, y si no al tiempo, y tendrá lo suyo sobre todo porque las obras se han encarecido una “burrada” respecto al proyecto redactado, y esa diferencia alguien la tendrá que poner, o mejor dicho, la tendrán que poner las tres partes en su debida proporción, pero seguro que algunos, pasado el momento electoral, pasado el momento en el que los políticos hacen promesas y sus adláteres se las creen, no encontrarán los fondos que faltan. Pero démosles un voto de confianza, una vez más, y que firmen y liciten la obra, que para pronto ya es tarde, es muy tarde.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 24 de febrero de 2023