La Junta de Castilla y León ha publicado un acuerdo por el que se determinan actuaciones fitosanitarias de lucha contra el desarrollo de poblaciones de topillo campesino, cuyo nombre científico es Microtus arvalis.
Microtus arvalis
La Junta de Castilla y León ha publicado un acuerdo por el que se determinan actuaciones fitosanitarias de lucha contra el desarrollo de poblaciones de topillo campesino, cuyo nombre científico es Microtus arvalis. En la provincia de León la declaración oficial de plaga afecta a las comarcas de Sahagún y Esla Campos, donde agronómicamente predominan los cereales y forrajes en cultivo de secano. A la consejería de Agricultura corresponde acertar en las medidas y en el momento oportuno de aplicarlas para evitar los daños no deseables de una plaga tan devastadora como repugnante. En la memoria de los agraristas está la plaga de 2007 que, por atajarla tarde y mal, diezmó las cosechas y propagó la enfermedad de la tularemia haciendo que más de medio millar de ciudadanos del medio rural precisaran de hospitalización para curar estar enfermedad febril. Porque, este ratón, tan antipático como los que podemos ver en los hogares a poco que descuidemos la puerta, además de comer todo lo que se encuentra y reproducirse exponencialmente, es portador de virus, bacterias y parásitos, y así, además de la tularemia antes citada, se le asocia con el virus de la rabia, leptospirosis, listeriosis, borreliosis, babesiosis y echinococosis. No cabe duda que ante la presencia de una plaga hay que actuar para exterminarla, por más que las plagas del campo no alteren la tranquilidad de la vida en las ciudades, donde vive más confortablemente la mayoría de la población de nuestro país, incluida la clase política dirigente. Diez años después de la plaga de 2007, poco habríamos aprendido si de nuevo estamos en boca de todos en media España, abriendo telediarios y programas sensacionalistas de las televisiones, rodeados de ratones de campo que se comen nuestros cultivos, contaminan nuestras aguas, nos desprestigian como productores de alimentos de calidad, y propagan enfermedades a otros animales del campo, y lo que es peor, a las personas. Declaramos pues la guerra a este animal, nada simpático, al que los gallegos llaman Trilladeira pataqueira.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 9 de diciembre de 2016.