No parece que se den las circunstancias idóneas para que en este semestre del año se impulsen las relaciones entre los países que forman Mercosur y la Unión Europea, para llegar al tan buscado acuerdo en materia comercial. No se dan porque, esta vez sí, la Unión Europea ha introducido en la negociación exigencias vinculadas a eso que se ha dado en llamar las cláusulas espejo, es decir, exigir a las mercancías que llegan de terceros países normas de producción homologables a las que se exigen en Europa, aspecto este particularmente destacado respecto al sector agroalimentario. El mejor ejemplo es la exigencia de la Unión Europea de que no se deforeste ni un metro más de la Amazonia, para convertirla en terreno agrícola que producirá granos como la soja o el maíz que después competirán en todos los mercados internacionales, particularmente en los mercados europeos donde a los agricultores se les exigen los más altos estándares en materia de bienestar animal, medio ambiente y protección de las aguas, entre otros. No se dan las circunstancias políticas porque es España quién preside por turno la Unión Europea, una presidencia que lejos de afrontarse con un gobierno fuerte y cohesionado, se afronta con un proceso electoral y todas las incógnitas sobre la formación de nuevo gobierno que con seguridad será de coalición, bien de izquierdas o de derechas. El sector agroalimentario español es reticente a ese acuerdo, aunque nuestra capacidad de influir es ínfima en comparación con la que viene ejerciendo nuestro país vecino, Francia, por lo que el gobierno de turno tomará la decisión que crea conveniente sin tener muy en cuenta la opinión de los agricultores. Unos agricultores que ya no hablan de fronteras como lo hacían hace unos años, porque las cosas han cambiado y la exportación se ha convertido en la única salida para aumentar las producciones y consecuencia de ello las rentas del campo. Ya no hay miedo al exterior si es bajo la premisa de las cláusulas espejo, de la reciprocidad en todas las normas, incluidas las sociolaborales.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 7 de julio de 2023