La sequía que azota a toda España ha supuesto una necesidad de forrajes en las zonas ganaderas que hace que las cotizaciones en las zonas de producción sean las más altas de cuantas se recuerdan.

LA SEQUÍA HACE SUBIR EL PRECIO DE LA PAJA A NIVELES NUNCA VISTOS

La sequía que azota a toda España ha supuesto una necesidad de forrajes en las zonas ganaderas que hace que las cotizaciones en las zonas de producción sean las más altas de cuantas se recuerdan. En plena recolección de la cosecha de cereal, en la provincia de León los intermediarios que operan en el sector se disputan la paja para atender los compromisos, ya no solo de las ganaderías de la provincia, sino también de otras comunidades autónomas y del vecino Portugal. Y es que si bien ante una escasa cosecha los cereales llegan fácilmente de la importación del resto de la Unión Europea y de terceros países, en el caso del forraje por su volumen y poco peso es difícil su comercialización en largas distancias.

Que en plena cosecha la paja valga en finca entre 6 y 7 céntimos de euro el kilo (10-12 pesetas) es un precio nunca visto, ya que como mucho se ha llegado a pagar algún año a estas cifras en los meses de invierno después de almacenada. No hay que olvidar que la paja muchos años es un subproducto de la agricultura que no tiene aceptación, ya que en ocasiones el mercado no paga el coste de empacarla, y se opta por picarla e incorporarla al terreno con las labores agrícolas e incluso quemarla. ASAJA estima una producción de paja este año en la provincia de 120.000 toneladas, con un valor teórico de casi 8 millones de euros.

Al igual que ha ocurrido con el grano, la cosecha de paja se ha quedado corta debido a la sequía, pero aun así en León y en el resto de provincias del norte de Castilla y León la situación es casi privilegiada comparado con el resto de España, lo que justifica esta inusual demanda.

La paja se emplea como alimento del ganado vacuno y ovino con el fin de aportar fibra en la formulación de la ración, siendo por tanto un componente insustituible. Tradicionalmente, aunque cada vez menos por los nuevos sistemas de manejo y alojamiento, se emplea como cama para los animales.

León, 11 de julio de 2005.