Información institucional

En unas jornadas celebradas en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, de Valladolid, los directores de medios de comunicación han “denunciado” la excesiva información institucional. Pues bien, los lectores diarios de prensa escrita y habituales de los informativos de radio y televisión, entre los que me encuentro, denunciamos que somos víctimas de esa excesiva información institucional que ellos, como directores del medio, nos meten por los ojos. Hasta el punto esto es así y es tan escandaloso, que muchos días nos quitan las ganas de leer  la prensa. Todo lo que escupen los gabinetes de comunicación de presidentes de diputación, alcaldes de plazas importantes, consejerías y subdelegaciones del gobierno, se reproduce punto por punto sin mayor objeción. Me consta, además, que desde esos gabinetes se impone la chulería de quién se cree en el derecho de repartir espacios publicitarios a su antojo, como si el dinero público destinado a esos capítulos fuese dinero propio. Las instituciones amordazan a los medios de comunicación y lo hacen dando donde más duele, que es en el reparto del presupuesto público. La crisis que se vive en casi todos los medios de comunicación, acentuada tras los recortes de las empresas privadas que ya no gastan con tanta alegría como antes, juega en contra de la calidad del trabajo periodístico  y de la profesionalidad y dignidad de quienes trabajan en los medios. Se reproducen íntegros los textos de los gabinetes de los altos cargos cumpliendo un doble objetivo: agradar a quién lo envía y mantener el medio con el menor número de empleados. Me sumo pues a la crítica de los directores, comprendo que respondan a los criterios de los editores, sus señoritos, pero desde mi punto de vista, no merece la pena un medio de comunicación cuyo principal objetivo es agradar a quién gobierna. Porque pienso que los medios de comunicación deben de ser, sobre todo, oposición al poder, aunque oposición constructiva. Deben de ser lo contrario a los gabinetes de comunicación y tener un papel más allá de informar dónde se coloca el radar municipal.