En la semana en la que el fuego no ha dado tregua y un día sí y otro también han ardido los montes de nuestra provincia, el Boletín Oficial de Castilla y León ha publicado varias órdenes relacionadas con ayudas forestales.
Incendios y forestación
En la semana en la que el fuego no ha dado tregua y un día sí y otro también han ardido los montes de nuestra provincia, el Boletín Oficial de Castilla y León ha publicado varias órdenes relacionadas con ayudas forestales. Ayudas con fondos europeos destinados a nuevas forestaciones, ayudas para la mejora de los patos en montes arbolados, y ayudas para mejoras en las masas forestales ya existentes. Es la parte más importante del negocio forestal, el dinero que el Estado se gasta en plantar árboles y en apagar incendios, al que por cierto se dedican las mismas empresas, y que supera en valor económico al de la madera que se extrae. Y este es parte del problema, que el negocio no es sostenible, es decir, que cuando se vende la producción no paga los costes de mantener la masa forestal durante una media de tres o cuatro décadas hasta que se hace la corta. Y si no es negocio, la única posibilidad de tener bosques cuidados en nuestro territorio es a costa de forestar el terreno público y sufragarlo con los impuestos de todos y cada uno de los ciudadanos, algo defendible, pero difícil de anteponer a otros servicios públicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales. Muchos especialistas en la materia opinan que los incendios se previenen teniendo el monte limpio, y una forma de hacerlo es con el aprovechamiento ganadero. Pues bien, en lo que menos dinero se gasta la administración es en facilitar ese aprovechamiento, pues la partida de dinero más raquítica es la que se destina a cerramientos, abrevaderos, y desbroces en pastos de montaña. El cuerpo de forestales de la Junta nunca ha visto con buenos ojos la actividad ganadera, y al sector ganadero le atribuye el origen de una buena parte de los incendios que asolan nuestros montes. Con estos prejuicios, es fácil de entender que la política medioambiental de la Junta de Castilla y León se esté haciendo de espaldas a los vecinos de los pueblos, y muy particularmente enfrentada a los intereses ganaderos.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 31 de julio de 2015.