Hay una generación de ganaderos, por lo general ya jubilados o a punto de estarlo, que apostaron por un modelo de negocio en la producción de leche de vaca basado en explotaciones grandes, con una importante base de tierra de cultivo, con varios empleados, fuertes inversiones, y un elevado riesgo. Contrario a lo que algunos como yo opinábamos, el modelo ha funcionado, y hoy es prácticamente hegemónico en León y en todas las zonas productoras de España, y lo continúan con éxito sus hijos, que a su vez son la tercera generación de ganados lecheros. Del cuerpo le ha salido, que se dice, pero no les ha ido económicamente mal, y además suelen ser gente muy satisfecha con su trabajo, que también esto último es importante como aliciente en una vida laboral. Han sorteado tres grandes problemas convertidos en tres grandes retos: las crisis cíclicas de precios, las enfermedades animales como la tuberculosis o la encefalopatía espongiforme bovina (vacas locas), y las limitaciones que en su día impuso Europa a la producción a través de las cuotas y la denominada “supertasa láctea”. Los tres los conoció en primera persona José Antonio Herrero Conejo, ganadero de Algadefe, cuya esquela, demasiado prematura, aparecía en los periódicos el pasado miércoles, y con quién, desde organizaciones distintas, compartí muchas reuniones y manifestaciones en defensa del sector lácteo. Herrero Conejo tuvo también, como otros ganaderos de la zona, responsabilidades en la Cooperativa, sin duda la que más leche ha comercializado de toda la provincia, y esas responsabilidades le acarrearon, a él y a otros presidentes anteriores y posteriores, no pocos dolores de cabeza, pues las cooperativas también atraviesan sus crisis, sus altibajos, y las decisiones que se toman pueden acarrear penas de cárcel a los directivos – como así ocurrió-, que no dejan de ser un problema aún librándose de entrar en prisión. Desde ese buen trato que siempre mantuve con Herrero Conejo, le traslado las condolencias a toda su Familia, y manifiesto el deseo de que las actuales generaciones de ganaderos igualen y mejoren a los que les precedieron.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 25 de octubre de 2024.