El sector remolachero de Castilla y León, y por extensión el de toda España, ha sufrido importantes cambios en los últimos años.
GARANTIZAR LA RENTA DEL REMOLACHERO
José Antonio Turrado.
Secretario General ASAJA de Castilla y León
El sector remolachero de Castilla y León, y por extensión el de toda España, ha sufrido importantes cambios en los últimos años. Muchos de ellos los ha impulsado el agricultor, consiguiendo, entre otros puntos, altas y estables producciones por hectárea, elevado porcentaje en sacarosa, reducción en mano de obra por la mecanización y aplicación de nuevas tecnologías, y en definitiva, una producción más eficiente que se ha traducido en mayores ingresos por hectárea. Producciones superiores a 100 toneladas por hectárea, con una polarización superior al 17 por ciento, que son habituales para muchos cultivadores profesionales de Castilla y León, no son posibles en la mayoría de los países productores de la Unión Europea. Nuestra desventaja está en el coste del agua de riego, sobre todo en amplias zonas de Castilla donde se saca el agua de profundos y sobreexplotados sondeos.
La propuesta de nueva OCM aprobada en su día por la Comisión y que ahora debate el Consejo, es desde todo punto de vista inasumible por la organización agraria ASAJA. La Unión Europea propone un precio a la remolacha de 25 euros por tonelada, cuando la industria azucarera calcula que en Castilla y León, la zona de más eficiencia productiva de España, el coste de producir remolacha, incluida la renta de la tierra, sobrepasa los 30 euros. La ayuda directa al sector cubriría tan sólo, en el mejor de los casos, el 60 por ciento de la pérdida de renta, una ayuda que siguiendo los criterios de la Comisión tras la aprobación de la reforma de la PAC ha de ser necesariamente desacoplada de la producción. En este sentido, ASAJA no acepta componendas políticas sobre un desacoplamiento parcial que perjudicaría sobremanera al profesional remolachero.
Con el planteamiento actual, que a buen seguro será el definitivo si el Gobierno no se toma más en serio las negociaciones, en España tan sólo producirán remolacha los agricultores más eficientes, aquellos que con los mismos costes de producción, consigan con regularidad producciones superiores a las 100 ó 120 toneladas por hectárea de remolacha tipo (16ºP). Y puede que, recomponiéndose las zonas productoras, en España se mantenga el cultivo, pero esto no es suficiente para ASAJA. Exigimos desde esta organización agraria que la renta del remolachero no se vea afectada tras esta reforma. Queremos que por la vía de precios y de ayudas –esto último muy a nuestro pesar–, el remolachero mantenga los actuales ingresos de unos 48 euros por tonelada, y que aquellos que hagan bien las cosas y consigan elevadas producciones a costes más bajos, sean recompensados con los lógicos beneficios empresariales, como hasta ahora ha ocurrido.
ASAJA rechaza de forma rotunda que una parte de los ingresos tengan que venir por la vía de las ayudas o subvenciones. Nos preocupa que este dinero se detraiga de otras ayudas agrícolas o ganaderas de la actual PAC, y nos preocupa que, como todas las ayudas, queden sujetas a recortes presentes y futuros. Pero si parte del dinero que van a percibir nuestros cultivadores ha de venir por la vía de las ayudas, exigimos que se compense la totalidad de la pérdida de renta que se producirá por la bajada de los precios institucionales, y exigimos que las ayudas estén desvinculadas de la producción. También nos parece imprescindible que el precio que se establezca cubra ampliamente todos los costes de producción para rendimientos de 70 toneladas hectárea, ya que esto es lo único que permitiría que en un futuro se siguiese sembrando remolacha al menos en las zonas –y por los profesionales– capaces de sobrepasar producciones de 100 toneladas por hectárea. Estos profesionales serán los que van a dar garantía de continuidad al cultivo en España y en Castilla y León, los que van a amortiguar el efecto económico que esta reforma va a tener en el sector al garantizar la permanencia de la mayoría de las fábricas, y por tanto de los puestos de trabajo directos e indirectos que este sector ha generado.
En ASAJA hemos dicho que no nos basta garantizar que se va a seguir sembrando remolacha: queremos garantizar además la renta del remolachero. Nos preocupa que el Gobierno esté haciendo cábalas para, aun a pesar de una mala negociación, garantizar que se siga sembrando remolacha en España, y que no esté trabajando para garantizar que el cultivo de la remolacha siga siendo una actividad empresarial atractiva que siga tirando del carro de la explotación. La magnitud del problema de una mala negociación de la OCM de la remolacha sólo es entendible por quienes conozcan que hoy la remolacha, en amplias zonas de producción de España, es la que genera ese «excedente» de dinero que permite afrontar la compra de maquinaria, la transformación en regadío, la mecanización, la construcción de naves, la compra de tierras, la modernización en definitiva de las explotaciones que hoy gracias al cultivo son todavía viables y competitivas. En las próximas semanas sabremos por cuánto tiempo van a seguir siéndolo, pero hoy por hoy el panorama no puede ser más feo.
Artículo publicado en agroinformacion.com el 18/10/2005