La brecha que ha abierto el electorado en el PP y el PSOE, con pérdida de los votantes, en los comicios europeos del pasado domingo, tiene toda la pinta de no solucionarse en el año que queda hasta las próximas elecciones autonómicas y municipales.
FALLAN LAS PERSONAS
La brecha que ha abierto el electorado en el PP y el PSOE, con pérdida de los votantes, en los comicios europeos del pasado domingo, tiene toda la pinta de no solucionarse en el año que queda hasta las próximas elecciones autonómicas y municipales. No creo que el problema se soluciones con cambios radicales en los programas, que por otra parte, en los partidos con opciones de gobierno, no pueden ser muy distintos, salvo que nos planteemos salirnos de las reglas comunes de la Unión Europea, de la pertenencia a instituciones a las que nos hemos adherido libremente como el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio o la Organización del Tratado del Atlántico Norte, por poner algunos de los ejemplos más significativos. Estamos en una economía de libre mercado sujeta a normas comunes y tratados internacionales de los que difícilmente podemos renegar, salvo que sea para aliarnos con otros regímenes peores que el nuestro tanto en bienestar socioeconómico como en libertades.
Creo que lo que tienen que cambiar los dos principales partidos es la forma de hacer política, cambiar su postura y respuesta ante ciertos problemas como el de la corrupción, y modificar el actual sistema electoral por el de listas abiertas. Muchos de los que nos manifestamos descontentos con el sistema no queremos cambiar el bipartidismo por un multipartidismo desestructurado del que no se sabe muy bien qué pretende ni quién está realmente detrás de él, con unos líderes no siempre solventes que lo más probable es que se conviertan en flor de un día. Entre los desencantados estamos los que queremos partidos políticos fuertes, que sean implacables con las conductas corruptas -que hay incluso más de las que parece- y donde de verdad en las listas electorales estén los mejores. Y como ya nos han demostrado que son incapaces de poner a los mejores, quizás porque tenemos conceptos distintos sobre la valía política, lo que tienen que hacer es modificar la Ley Electoral para que haya listas abiertas. Porque el problema, a mí modo de ver y entender, es más de las personas que de las instituciones.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 30 de mayo de 2014.