Cuando el legislador introdujo en la Ley del Sector Eléctrico mecanismos que permiten la expropiación forzosa ante casos de necesaria ocupación de bienes de particulares, para el trazado de infraestructuras de evacuación eléctrica, seguro que estaba pensando en que la electricidad es un bien de primera necesidad, al que todos los ciudadanos tenemos derecho, y por lo tanto hay un interés público en ello que justifica la intervención en lo privado. En esto podemos estar todos de acuerdo, aunque conviene matizar que en los trazados de líneas eléctricas, se pueden elegir opciones menos dañinas para los propietarios de tierras, u opciones menos agresivas con el medio ambiente, cosa que no siempre se hace. Y lo que es más importante, la opción de líneas aéreas debería de quedar como algo del pasado, y deberían de darse pasos para que, tanto las nuevas instalaciones, como la modernización de las existentes, pase por evacuaciones subterráneas, sin duda menos perjudiciales para el medio ambiente y para los intereses de los propietarios agrarios o forestales. El legislador que dotó de un mecanismo tan excepcional como la expropiación forzosa, a favor de un promotor de línea eléctrica, seguro que no estaba pensando  en los fondos de inversión que están recibiendo estos días autorización para ocupar miles y miles de hectáreas de placas solares fotovoltaicas, autorizándoles de paso la expropiación forzosa para intervenir en fincas de particulares con los que no han llegado a un acuerdo. Porque la energía fotovoltaica no es un bien público, ni tiene que estar o pasar por un punto determinado como si no hubiera otras opciones, es un negocio muy lucrativo del que se beneficia sobre todo un accionariado que a saber de dónde es y dónde paga los pocos impuestos que paga. Por eso debemos de oponernos a más trazados de evacuación de electricidad que atentan contra la naturaleza y contra los intereses económicos de agricultores y ganaderos, y debemos de oponernos a que lo hagan con los privilegios de quienes actúan en nombre del interés general.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 16 de agosto de 2024.