El Ministerio de Agricultura ha publicado una Orden en el BOE del 16 de enero por la cual se aprueba la Reglamentación Específica del Libro Genealógico de la raza bovina Parda de Montaña, a la vez que se determina su prototipo racial, es decir, las características morfológicas que han de reunir los animales pertenecientes a la misma.
EL MAPA «BAUTIZA» A LA VACA PARDA ALPINA COMO
PARDA DE MONTAÑA
El Ministerio de Agricultura ha publicado una Orden en el BOE del 16 de enero por la cual se aprueba la Reglamentación Específica del Libro Genealógico de la raza bovina Parda de Montaña, a la vez que se determina su prototipo racial, es decir, las características morfológicas que han de reunir los animales pertenecientes a la misma. Esta nueva raza de ganado bovino de aptitud cárnica, que tiene ya la consideración de raza autóctona española, es la heredera de la raza Parda Alpina que se introdujo en nuestro país, y especialmente en la provincia de León, en la década de los 60. Hoy el censo mayor se encuentra en el norte de Castilla y León, Cantabria y el Pirineo aragonés.
Nuestra provincia, y especialmente las comarcas de montaña de Riaño a Laciana, fue la que acogió con más éxito esta raza de ganado vacuno proveniente de los Alpes suizos, y que pronto por absorción se convirtió en la raza hegemónica por excelencia seguida a gran distancia por la raza frisona, esta última más lechera y orientada a zonas del sur de la provincia. La Parda Alpina, entonces de aptitud mixta como productora de carne y leche, fue también animal de trabajo al que después sustituyeron los tractores. Muchos de nuestros ganaderos la denominaban más vulgarmente como «ratina».
Cuatro décadas más tarde de aquella acertada política ganadera impulsada por la Jefatura de Ganadería y la Junta Provincial de Fomento Pecuario, la raza Parda Alpina ha dejado de ser una raza productora de leche y ha competido con dificultad con otras razas productoras de carne (Asturiana, Limusina,…..), pero una buena selección puede hacer que se recupere como una opción interesante en nuestra provincia para aprovechar los pastos de montaña en régimen de explotación extensiva. El estar declarada oficialmente como raza propia de nuestro país independiente del tronco original de Parda Alpina, es un paso necesario para su desarrollo futuro que ASAJA recibe de con agrado.
No existe un censo oficial fiable de los ejemplares que hay en la provincia de León, pero es sin duda la segunda raza en importancia después de la frisona, aunque los cruzamientos o la selección hacia la producción de leche hace que no sean muchos los animales en estado puro que hoy reúnan el estándar racial de la «Parda de Montaña».
León, 20 de enero de 2004.