Uno de los problemas que tiene la agricultura de la provincia es que en muchas zonas cultivables las fincas se encharcan con mucha facilidad y le cuesta soltar el agua hasta poder entrar en ellas para hacer las labores o para recoger la cosecha. Por eso, un año como este, con un invierno demasiado lluvioso, a estas alturas tenemos todavía algo de remolacha y de maíz de la campaña anterior sin recoger y las labores de preparación y siembra de la nueva campaña van bastante retrasadas. Como tenemos el terreno que tenemos, y eso no se puede cambiar, ha de ser la ingeniería la que ponga algo de solución a estos problemas, y de hecho se está poniendo, aunque no siempre es posible y casi siempre es costoso, tanto que en muchas ocasiones no está al alcance de un negocio agrario que tiene una rentabilidad muy ajustada. Esto lo sabían los ingenieros del “régimen” que idearon todo un sistema de desagües en el Páramo leonés y que sin ellos sería imposible cultivar esas tierras, aunque eso sólo no es suficiente y se impone forzar el drenaje hacia los mismos como ya han hecho muchos propietarios. La obra civil de hacer desagües o limpiar regueras para que drenen las fincas está mal vista en la actualidad, porque presuntamente tiene un coste medioambiental, y es por eso que en los estudios de impacto ambiental de modernización de regadíos o concentraciones parcelarias, por lo general está prohibida o muy limitada. Es el caso de la concentración parcelaria de Los Oteros, donde tan siquiera se pueden limpiar cauces o regueras sobre los que la última vez que se actuó en ellos fue en las concentraciones parcelarias de los años sesenta y setenta del pasado siglo. Por unas razones o por otras, las administraciones públicas no hacen, y en ocasiones tampoco dejan hacer a los propios particulares, por lo que el campo pierde capacidad de producción al no estar las fincas en las mejores condiciones posibles desde el punto de vista agronómico. En verano necesitamos agua para regar y en invierno sacar de las fincas la que sobra. No es tan difícil de entender.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes10 de mayo de 2024.