Todos conocemos el dicho de que el dinero es miedoso, es decir, nadie invierte o mete sus ahorros donde no hay seguridad o garantías. Por eso, hasta hace no muchos meses, las entidades financieras sostenían sus balances aún a costa de hacer ingeniería financiara para no dar pérdidas, porque se suponía que de una entidad en pérdidas saldrían en estampida los clientes y en particular los clientes depositantes de sus ahorros.
¿DE VERDAD EL DINERO ES MIEDOSO?
Todos conocemos el dicho de que el dinero es miedoso, es decir, nadie invierte o mete sus ahorros donde no hay seguridad o garantías. Por eso, hasta hace no muchos meses, las entidades financieras sostenían sus balances aún a costa de hacer ingeniería financiara para no dar pérdidas, porque se suponía que de una entidad en pérdidas saldrían en estampida los clientes y en particular los clientes depositantes de sus ahorros. Ninguna entidad financiera hubiera pensado, ni por asomo, que iba a poder soportar estar en los medios, días y días, asumiendo críticas de sus clientes por abusos en las condiciones de los préstamos, por ejecutar embargos y desahucios, o por haber vendido como producto de ahorro lo que en realidad era un producto de inversión de alto riesgo. Cualquier entidad financiera de nuestro país, hace no mucho tiempo, hubiera tomados decisiones para no salir en los papeles con noticias negativas, hubiera tomado decisiones para minimizar el impacto de las quejas o críticas de sus clientes, y no habrían permitido que nada manchase la imagen de una marca que tanto cuesta crear y que iba asociada a la solvencia y el rigor.
Pero nada de lo dicho es aplicable a la situación que está ocurriendo en el momento actual. Ayer se daba la noticia, en prensa económica nacional, de que un Juzgado de Ponferrada había embargado las cuentas de una entidad financiera, de una antigua caja de ahorros, por negarse a ejecutar una sentencia condenatoria tras la denuncia de un cliente. ¡ Cómo estará esa entidad, y cómo estará el país, si los juzgados embargan las cuentas de las entidades financieras!. Esto a la vez que otra sentencia invalidaba las cláusulas suelo de las hipotecas y algunas de las entidades se resisten a acatarla. En la acera de enfrente, entidades que colocaron preferentes y deuda subordinada, resisten el temporal escuchando informes a favor de la clientela de ministro de Economía, del Defensor del Pueblo, de la Fiscalía, del consejero de Economía y de todo ser viviente que tienen la más mínima capacidad mediática. Y ocurriendo todo esto, y más, el dinero no huye, sigue en los apuntes de la misma libreta, en la misma entidad que no recibe al que necesita un préstamo para su vida cotidiana o, sobre todo, para hacer funcionar su negocio. Conclusión: no es verdad que el dinero sea miedoso.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 14 de junio de 2013.