No es demasiado extraño que los partidos políticos tiren de su militancia para cubrir puestos en las listas electorales municipales metiendo nombres de quienes ni viven ni tienen nada que ver con la localidad en cuestión. Es verdad que por lo general se trata de puestos de relleno, de no salida, pero en otras ocasiones se han llegado a presentar candidatos para alcalde y hasta han salido elegidos. Un ejemplo que se me ocurre fue la alcaldía, en su día, de Gordaliza del Pino, que por cierto no resultó nada mal. El desprestigio de la vida política, el individualismo como modo de conducta que nos aleja de cualquier intención de trabajar por el bien de todos, los vicios de un sistema pensado solo para funcionarios públicos, hace que cada vez sea más difícil encontrar candidatos para acceder a cargos municipales o todavía más locales en los pequeños pueblos de nuestra provincia. Es obligación de los partidos políticos con representación institucional tener cantera en todas las demarcaciones para cubrir las plazas menos apetitosas, y hacerlo con gente de valía, gente honrada, trabajadora y cabal. Pero todo esto ya no está garantizado, y algo de culpa tiene también la galopante despoblación de nuestro territorio y con ello el desapego a nuestros vínculos más rurales. Ante esta situación, los partidos políticos tendrán que cubrir sus listas municipales con personas de fuera, y además deben de hacerlo, y tendremos que acostumbrarnos a que nos gobiernen concejales o alcaldes sin vínculos con el municipio. No creo que esa sea la mejor opción, pero es una opción posible, y mejor esa que la de dejar candidaturas sin cubrir limitando las opciones del electorado a una o a ninguna. Al fin y al cabo, si ahora en muchos ayuntamientos quién manda es el secretario, que ajeno al pueblo es también, no será tan raro que nos gobierne un profesional que, en este caso sin oposición pero con el refrendo popular, nos ponga en las listas un partido político determinado. Y quién sabe, a lo mejor termina integrándose entre nosotros, comprando casa y empadronándose.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 17 de marzo de 2023.