Cuatro céntimos puede ser mucho según en qué circunstancias
Cuatro céntimos
Cuatro céntimos puede ser mucho según en qué circunstancias. Que se lo pregunten a los ganaderos de vacuno de leche españoles que han cobrado en el mes de agosto, según datos publicados por la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea, hasta cuatro céntimos de euro en litro menos que lo que cobran de media los ganaderos del conjunto de los veintiocho países de la Unión Europea. Es difícil de entender que siendo nuestra producción de una calidad cuando menos homologable con la del resto, y siendo España un país deficitario al importar un tercio de todo nuestro consumo, lejos de tener unos precios mejores, estemos en los niveles bajos de la tabla con un diferencial de un trece por ciento respecto de la media. Cuatro céntimos son los que marcan la diferencia entre ganar y perder dinero, entre la rentabilidad y los números rojos. Cuatro céntimos en litro de leche le suponen a los ganaderos leoneses una media sesenta y cinco euros diarios, o lo que es lo mismo, mil novecientos cincuenta euros al mes, que sería una nómina razonablemente buena. Esta situación de atropello está pasando inadvertida para nuestras autoridades agrarias, para las de la Junta y para las del Gobierno, y es fruto de varias circunstancias: la debilidad organizativa del sector productor, los pactos entre empresas compradoras, la falta de competitividad de la industria láctea española por atomizada y poco innovadora, y por la dictadura de la gran distribución que fuerza precios bajos en origen. Por si fuera poco, en España, a diferencia de lo que ocurre en Francia, nuestro más directo competidor, no existe una legislación que obligue a identificar el origen de la leche que se encuentra en los lineales, peor es más, si existiera y estuviera identificada, tampoco tendríamos muchas garantías de que los consumidores se decantasen por leche “origen España”. Así las cosas, el sector primario de la ganadería de vacuno de leche, teniendo capacidad para crecer, permanece estancado, con lo cual se renuncia a generara riqueza y empleo en el medio rural.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del 8 de septiembre de 2017.