CONSEJERA, ANÓTEME UNA GALLINA MENOS

La Junta de Castilla y León publicó en el Boletín Oficial, el pasado viernes día 4, una Orden que regula la Base de Datos del Registro de Explotaciones Ganaderas, haciendo extensivo su contenido a los llamados corrales domésticos, es decir, a la tenencia de animales de producción sin fines comerciales.

CONSEJERA, ANÓTEME UNA GALLINA MENOS
 
La Junta de Castilla y León publicó en el Boletín Oficial, el pasado viernes día 4, una Orden que regula la Base de Datos del Registro de Explotaciones Ganaderas, haciendo extensivo su contenido a los llamados corrales domésticos, es decir, a la tenencia de animales de producción sin fines comerciales. No basta, para tener en casa media docena de gallinas y unos pollos de corral, con haber tramitado un expediente de autorización ante el ayuntamiento -que conlleva una exposición pública-, ni basta con darla posteriormente de alta en el citado registro de la Junta. Para estar en regla, cada año, entre el 1 de enero y el 1 de marzo, hay que presentar en impreso oficial la actualización del censo, aunque no haya cambios en el mismo. Y es que la burocracia tiene estas cosas tan absurdas de dar trabajo innecesario a una administración que se supone no está sobrada de recursos, y dolores de cabeza a unos administrados que lo único que esperamos de los políticos es que nos dejen vivir. Podemos ignorar el contenido de la Orden y hasta podemos tener los animales sin declarar en casa, opción ésta última que le aconsejaría a cualquier amigo, pero una vez que nos tienen fichados, o hacemos lo que nos dicen, o nos pueden aplicar las sanciones establecidas, unas sanciones que están reguladas en la Ley de Sanidad Animal y que están reguladas en las ayudas de la PAC si el titular de la ganadería recibe ayudas europeas.
 
Es una pena que con los tiempos que corren, donde uno de cada cuatro trabajadores está en paro, con pensionistas que cobran una jubilación de miseria, con salarios bajos y sin garantía de cobrarlos mañana, se pongan tantas pegas a quién pudiera estar interesado en tener en casa –si la casa reúne las condiciones- unos animales para el consumo familiar. No es fácil entender que le haya que comunicar a la señora consejera de Agricultura, cada año, la variación en el número de gallinas que hay en la casa o si ya me zampé el gallo padre y por tanto es uno menos. Puedo tener diez perros dando el tostón a los vecinos, y es legal, incluso si los tengo en un piso en la ciudad, pero no puedo tener media docena de gallinas sin que lo autorice el alcalde y la señora Consejera. Qué país tenemos.
 
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 11 de enero de 2013.