CON MOTIVO DE LA FIESTA DE LA GUARDIA CIVIL

Quiero utilizar el motivo de la cercana celebración de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, para denunciar el incremento de la inseguridad ciudadana que se está produciendo en el medio rural.

CON MOTIVO DE LA FIESTA DE LA GUARDIA CIVIL
 
Quiero utilizar el  motivo de la cercana celebración de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, para denunciar el incremento de la inseguridad ciudadana que se está produciendo en el medio rural. En honor a la verdad no es León la provincia de España donde estamos teniendo, por ahora, mayores problemas, como tampoco la capital está entre las ciudades más inseguras. Fenómenos como la inmigración ilegal, el desempleo que lleva a necesidades perentorias, la marginalidad o las drogodependencias,  son un buen caldo de cultivo para la delincuencia a uno u otro nivel. No caben mas que elogios a la labor de la policía rural de nuestro país, de la Guardia Civil, que de una forma profesional y abnegada vela por el cumplimiento de la ley y el respeto al orden establecido en nuestros pueblos y en nuestros campos. Pero mientras los delincuentes aumentan en número y los más peligros están cada vez más organizados, la Guardia Civil reduce su número de efectivos, centra su  labor en los núcleos de población más grandes, sufre restricciones económicas que hacen que se resienta el servicio y tienden a concentrar los cuarteles perdiendo ese servicio de cercanía que inspiró la creación del benemérito cuerpo.
 
Los agricultores y ganaderos, los que vivimos o tenemos intereses en los pueblos, tenemos sensación de inseguridad y particularmente en lo referente a los robos y hurtos. Se expolia el patrimonio de nuestros pueblos, se roba herramienta y maquinaria, se roban productos hortofrutícolas, se desvalijan casas y naves agroganaderas, y ante esto el Estado no está respondiendo convenientemente ni con las herramientas policiales ni con las judiciales. La mayoría de estos delitos quedan impunes por no capturar al delincuente o por la permisividad de nuestras leyes. Creo además que los delincuentes son conscientes de que en los pueblos es más fácil cometer el delito. Tanto más fácil cuanto más alejado está el pueblo, cuanto  menos habitantes y más envejecidos son estos, o  cuanto más distante está el acuartelamiento de las fuerzas policiales.
 
Siendo la Guardia Civil un cuerpo militarizado y por tanto muy disciplinado, si hoy algo ha cambiado para peor respecto al servicio que presta al medio rural, las responsabilidades hay que buscarlas en el poder político, en el Gobierno que toma las decisiones.
 

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 8 de octubre de 2010.